Qué rico sería que yo pudiera darle a cada uno de nuestros lectores una receta mágica de cómo relacionarse adecuadamente con su pareja y así, sin lugar a dudas, tener éxito en el proyecto y durar en paz con la misma persona durante muchos años, sin tropiezos ni emociones negativas, estabilidad económica y laboral con un seguro contra la infidelidad y con todos los hijos sanos que nuestra imaginación nos lo permita.
Me encantaría, sin embargo, tanto yo como ustedes sabemos que cada relación es diferente y que no existe un manual que nos permita llegar a lo que se define como final feliz.
Sin embargo, si pensamos en esto del ABC, es posible reflexionar que sin que sea un seguro de vida, hay dosis de ABC que podrían ayudar a lograr cierta estabilidad en las relaciones amorosas.
“A” es un gran principio que refiere al AMOR sobre el cual siempre podemos intercambiar ideas, pues hay quienes lo consideran el sentimiento más sublime que podemos sentir los seres humanos, aunque que su definición siempre causa controversias, incluso conozco quién considera que el amor no existe y que es un invento del siglo XX para atrapar cuerpos, por lo que prefiero invitar a otra “A” que sería la de la Admiración. Este es un afecto más estable, que puede mantenerse más ordenado y permite que las personas nos acerquemos unas a otras con expectativas realistas más fáciles de cumplir que las del sentimiento amoroso. Nos traiciona menos la admiración que el amor. Tiene una parte racional que corresponde a la realidad, aunque contiene un poco de idealización.
Acerca de la “B” pensaría en la palabra BÚSQUEDA, y me estoy refiriendo a la posibilidad cotidiana de no quedarse estático frente a uno mismo y frente a la pareja, de ver en cada día la oportunidad de tener algo más para que la relación no sea aburrida ni monótona, que cada uno de los integrantes sea un elemento que genere novedad y nuevas alternativas, tanto en lo erótico como en los planes y roles que ambos han establecido, de renovación y de crecimiento. No dejarse solamente a que el viento y el destino los atrape, sino que ustedes, como pareja, como personas, atrapen al destino con sus deseos y sus reflexiones comunes.
Y finalmente invitando a la “C” con la palabra COMPROMISO Y COMUNICACIÓN, donde me parece que el compromiso va más allá que las palabras, que se encuentra cerca de los pensamientos y refiere también a las acciones cotidianas que se realizan para cumplir promesas, ya sea explicitas o implícitas, para acercar o alejar a la contraparte. Uno se compromete primero con uno mismo a cuidarse, a ser una persona valiosa para uno y para los demás y así también se compromete con sus ideas, ideales y sus valores. Las parejas estables generalmente se comunican sus miedos y sus dudas, sus planes y sus frustraciones, sus metas y sus demonios, quizá sea un camino para mantenerse juntos de forma intensa e interesante para ir por la vida bien acompañados.
Cuando podamos escribir sobre las demás letras de alfabeto, de la D a la Z, estoy segura que siempre encontraremos con cada letra una palabra que indique caminos para expresar dudas y encontrar cómo buscar los beneficios comunes para los integrantes de cada pareja.
*Las opiniones contenidas en este artículo son responsabilidad del autor.
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