En lo que toca al ginecólogo en su experiencia del amor, sus ventajas son muchas, pues él cuida la La palabra amor la utilizamos en muy diversos contextos y con diferentes acepciones. Yo quisiera referirme hoy tal vez de un modo restringido solo al amor en la pareja; comprendido desde la perspectiva psicológica.
Frecuentemente me preguntan entre la diferencia entre el amor y el enamoramiento, que son dos vocablos parecidos, pero a los que sí, les otorgamos un significado diferente; El enamoramiento es un estado fundamentalmente emocional, que involucra el pensamiento, y también incluye modificaciones corporales y físicas.
Las personas lo describen como un estado de bienestar característico, diferente de cualquier otra experiencia, estado que resulta de la ilusión de una relación erótico afectiva con otra persona. Es un estado afectivo que nos hace sentirnos optimistas, de buen humor, alegres, donde se modifica la percepción de sí mismos y del mundo que nos rodea, nos permite sentirnos apreciados, valiosos, atractivos, con una perspectiva promisoria de la vida.
La vida se experimenta, grata, digna de vivirse, satisfactoria y fundamentalmente buena. Corporalmente nos sentimos animados, con energía, con voluntad e interés de hacer cosas en la vida, de experimentar, de curiosidad por nuevas experiencias. Todo ello con un ingrediente, que es vivir; en el pensamiento, en la fantasía y muchas veces en la realidad, la sensación de haber encontrado otra persona, esa otra persona especial que nos complementa a la perfección.
Uno de sus aspectos fundamentales es en el campo de la sexualidad, pues el deseo sexual se intensifica muchísimo, la disposición para tener relaciones sexuales apenas puede postergarse con dificultad y la experiencia sexual en sí, es sumamente gratificante. De ahí que muchas veces se considere como prueba de amor, ya que tanto más intenso sea el enamoramiento, tanto más intensamente se incrementa el deseo y plenitud erótica.
Generalmente el enamoramiento, es una experiencia que nace de súbito, aunque en ocasiones puede darse de manera gradual, algunas veces tenemos clara consciencia de ello y en otras no tenemos advertencia clara de la misma y cuando se despierta en relación a una persona inalcanzable o prohibida, muchas veces es un proceso inconsciente.
Es probablemente uno de los motivadores más poderosos para la conducta humana, la persona siente que no hay obstáculo o tarea imposible si se requiere para cristalizar una relación amorosa. Es por ello que casi todo ser humano desea sentirse enamorado o enamorada.
Cuál es entonces la diferencia con el amor, aunque podemos señalar un enlistado, creo que la principal es el componente de ilusión.
Así en el enamoramiento la ilusión es el ingrediente fundamental, podríamos decir que es una relación ilusoria pues, aunque se vive como real tiene ingredientes casi de creación literaria de la pareja por ello es que es perfecta, aun en sus “defectos” son aquellas características que lo hacen posible.
De modo que para el enamoramiento en una relación que permanezca suficientemente en el tiempo su destino natural, es que toda esta ilusión caiga poco a poco dando paso a la realidad, en ocasiones este suceder puede ser abrupto y entonces se vive con enorme dolor de desilusión, que puede impedir que pase a la siguiente fase que es el amor propiamente dicho.
Entonces cual es la diferencia, esta diferencia contundente, que el amor se basa en una percepción realista del otro, que no es una creación a la medida de la necesidad emocional, sino es la percepción tal vez cruda del otro y su aceptación, tal como es, sin adornos ni exageraciones y con un conocimiento cabal de las virtudes y limitaciones de la otra persona. Cuando la desilusión se da como un proceso gradual subsecuente al enamoramiento, el lazo afectivo se hace más sólido aun, y el conocimiento cabal de la otra persona, solidifica este vínculo pues ahora la desilusión no tendrá cabida más.
En el amor, la sexualidad se transforma, disminuye la pasión, pero ahora se vive con mayor certidumbre, se vuelve más predecible y por tanto más apacible, pero estas son características fundamentales para consolidar la sensación de aceptación, y aceptabilidad, la certeza de ser alguien “querible”, fundamental para una buena autoestima, una sexualidad con plena aceptación del propio cuerpo, pues se trascendió el atractivo físico, pues ahora el pegamento es la sensación de pertenencia y la sensación de intimidad, se da una experiencia de confianza, de bienestar y especialmente la satisfacción sexual permite que crezca un sentimiento de gratitud. Estos sentimientos son la base para que una pareja perdure en el tiempo a través de las crisis vitales, los infortunios, los cambios de circunstancias y la posibilidad de enfrentar juntos la vejez y la muerte. Así mismo con ese ingrediente de entendimiento y satisfacción ante las alegrías y los logros en la vida, se viven con una complicidad compartida. Cuando la sexualidad no funciona y si no se da una relación sexual satisfactoria estas vivencias se ven seriamente comprometidas.
Desde luego no dejo de contemplar la sexualidad sin amor como otra posibilidad que tiene sus bondades y sus problemas, pero dejemos ese tema para otra entrega
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