Te sugiero algo muy sencillo: No le robes a tu familia, ya que robarles es quitarles el derecho de posesión de su tiempo. Cuando lo haces, generas desorden y confusión.
Cuando tomas lo que le pertenece a tu cónyuge y se lo das a tu carro o a casa, a amig@s, al trabajo o a ti mism@, les estás robando y les estás defraudando. Muchas personas dedican su tiempo al club, a l@s amig@s, al trabajo, a la televisión o a cualquier actividad que les resta energía, así que a la hora de ir a la alcoba, llegan sin fuerzas, extasiados y cansados, pues le robaron a su cónyuge lo que que le correspondía.
Con la costumbre moderna en la que ambos trabajan fuera de casa, sucede que el hombre come a diario con una señora que no es su esposa y la mujer come a diario con un señor que no es su
esposo, así que al transcurrir de las semanas, meses y años, tienen más afinidad y llegan a disfrutar más de la compañía de un extrañ@ que de su propi@ espos@. Así que te sugiero que organices tu agenda personal antes que tu agenda de trabajo y antes que cualquier otro tipo de actividades que pienses incluir en tu agenda. Dale a tu matrimonio la prioridad. No sacrifiques tu matrimonio, ni tu familia por ninguna otra cosa, ni por amistades, ni reuniones sociales, ni por tu parentela, ni por la familia política. Tu matrimonio y familia están primero y sus vidas dependen de ti. Demasiada gente planea su agenda de trabajo y después se da cuenta que no tiene tiempo para hacer lo que su familia desea, así que la familia no puede hacer lo que planeaban juntos. Esto hace que la familia se sienta como personas de segunda clase. Cientos de parejas, los fines de semana están con los padres (sábados con los de ella y domingos con los de él) así que no les sobra tiempo para sí mismos.
Nunca canceles un plan familiar, no le quites lo que ya está asignado. Hay quienes planean cosas y luego las cancelan por cualquier causa. Cancelar los planes familiares desilusiona a sus hijos y lastima la confianza del cónyuge en ti y produce resentimientos. Toma lunas de miel periódicamente. Haz del tiempo que pasas junto a tu cónyuge algo único y personal. Un fin de semana o aun una noche si no hay los recursos, pero que sea un tiempo especial para disfrutar el amor.
Planeen pasar tiempo juntos regularmente. Es básico para mantener un matrimonio fuerte el relacionarse. Salir como pareja no debe de terminarse cuando se casan. Salgan a comer pero no
para sentarse callados, pensando en otras cosas ni en su celular. Planeen vacaciones familiares. Dale a su cónyuge y a su familia amor y valor. Una encuesta realizada entre hijos de familia de distintas edades, reveló que lo que más anhelan de sus padres es tiempo. Así que dedíqueles tiempo.