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Comprender nuestra sexualidad puede ayudarnos a disfrutar más nuestras vidas



¿Qué sabes acerca del sexo? ¿Qué sabes acerca de la sexualidad? Escuchamos acerca del sexo y la sexualidad todos los días; sin embargo gran parte de lo que escuchamos es inexacto y confuso. Una comprensión del sexo y la sexualidad nos ayuda a disfrutar nuestra vida.

Antes de nacer, existe un código de comportamiento sexual socialmente constituido, así como una serie de creencias o conocimiento compartidos en nuestra comunidad. Cuando arribamos a este mundo de algún modo esta predeterminado lo que está permitido y lo que no acerca de la sexualidad, así como también está determinado lo sí se puede saber o no acerca de la misma.

Indudablemente la sexualidad, es tal vez el gran motor de la humanidad, es la fuerza de la vida y supervivencia que nos motiva en aspectos centrales en la existencia del ser humano que son con quien hacer pareja, como y cuando, así como determinar la descendencia. Eventos centrales en la potencialidad de vida de todo sujeto.

Desde luego que bajo estas dos grandes fuerzas constitutivas, nuestra poderosa herencia biológica por un lado y los determinanantes sociales por el otro; existe un espacio donde cada persona podrá escribir su propia historia única e irrepetible.

Nuestra constitución sexual, está determinada entonces por nuestra constitución genética, así como por las concepciones sexuales de la comunidad que nos vera nacer, por vía de nuestros progenitores como portadores de esas concepciones. Así antes incluso de sabernos sujetos, antes de poder tener consciencia de si, antes de sabernos sujetos, antes de poder hablar la lengua materna, antes de saber nuestro nombre, antes de poder pensar y mucho menos reflexionar. Ya entonces nos vemos influenciados por lo que nuestra comunidad piensa del sexo y la sexualidad, así, el tener genitales aparentes masculinos o femeninos, despertará expectativas y pondrá en acción patrones de conducta determinados. Antes de tener un nombre ya existe un plan de vida prestablecido para cada persona, según el cuándo, y como aparece en una familia, podremos ser deseados queridos y esperados antes de nacer o podremos aparecer como una molestia de padres que no nos esperaban y no nos querían.

Así se inicia lo que habremos de saber de la sexualidad, la sexualidad no se aprende en los libros, revistas o en el aula, la sexualidad empezamos a aprenderla en los brazos de la madre o quien haga su función. Esa persona atenta y cariñosa a nuestras necesidades tempranas o con displicencia y negligencia. Ello determinara un pacto con la vida o con un sufrimiento inexplicable al inicio de la vida.

Si tenemos la suerte de contar con una madre suficientemente buena, que no perfecta, aprenderemos la confianza, el afecto la ternura, en caso contrario, se experimentara la desesperación, la angustia, la desconfianza, emociones que habrán de revivirse en cada contacto humano en cada contacto de piel con piel. Así aprendemos el placer del tacto la calidez del mismo o la amenaza del abandono, el frio que cala el alma. Así aprendemos que podemos ser dignos de ser amados y amaremos lo que somos sea hombre o mujer, o creceremos con la marca del desamor y nos sentiremos incomodos en nuestra propia piel sin saber cómo ser a ciencia cierta para ser aceptados, no sabremos ser hombres o mujeres, no sabremos bien a bien lo que esperan de nosotros, creceremos con temor y con ansiedad, Así cuando en nuestro cuerpo se manifiesten nuestros deseos sexuales, cuando nuestro cuerpo cambie y nos transforme de niños a jóvenes y después a adultos, sabremos que cuando esto ocurra lo sentiremos con gusto con alegría y estaremos listos para la nuevas experiencias que nos permitirá nuestros nuevos cuerpos, nuestros cuerpos ahora hormonados y deseantes y buscaremos en nuestro contexto las formas socialmente permitidas para la expresión de los mismos, seremos curiosos, tenderemos sed de saber y acudiremos a nuestros mayores, a nuestros cuidadores y les interrogaremos de su experiencia y así iremos cotejando nuestro sentir interior con nuestro marco social hasta lograr la expresión plena de nuestro potencial sexual humano que nos permitirá la sexualidad de pareja la intimidad la compañía la satisfacción, el deseo de traer este mundo a nuestros hijos para compartir esta maravilla de la vida.

En caso contrario, nuestro cuerpo al cambiar será una nueva amenaza una nueva fuente de angustia, nuevos peligros se intuyen, el cuerpo será entonces fuente de angustia de vergüenza, las relaciones con otros, el contacto corporal indeseado, la sexualidad será una obligación, será vivido como ser usado, o como forma de desahogo de intensas emociones desagradables, será utilizado para desahogar angustias, para refugio de depresión como medio tranquilizador, no será un medio de relación, nuestro compañero o compañera sexual será incidental casi anónimo e intercambiable, la sexualidad se actuara en momentos de impulso prácticamente como necesidad bilógica, estará escindida de un plan de vida, no podrá pensarse como un acto que tiene profundas consecuencias en la vida.

Así, no se buscará aprender, se buscará información después de haber tenido experiencia para resolver los problemas que ya se causaron. No se buscarán fuentes confiables, se creerán los mitos mentiras y distorsiones de la sexualidad, además desconectados de las propias experiencias.

De modo que informarse, conocer reflexionar sobre sexualidad nos puede permitir desarrollar plenamente la potencialidad de goce, satisfacción y placer que solo la sexualidad puede proporcionar como experiencias únicas en la vida y que nos permitirá compartirlas en una relación de amor y profundidad.


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