Lo primero que necesitamos, es replantear nuestras creencias en el sentido de que el amor no es una emoción, no es un sentimiento, no es sentir bonito, no es la atracción sexual. Nada más alejado de la realidad, porque todos esos estados son pasajeros.
Lo único que mantiene vivo el amor es la conciencia y ésta se genera en nuestros pensamientos, es decir que a partir de lo que pensemos, vamos a sentir y por ende a hacer. Si yo pienso que primero debe dar mi pareja “porque yo ya di”, me voy a sentir frustrada si no pasa, voy a pensar que no me quiere, entonces no voy a hacer nada por la relación. Ese es el comienzo sutil por el que las personas empiezan a distanciarse, y la tendencia será que la relación termine.
Pero qué pasa si pienso que voy a dar por simple satisfacción personal, sin duda, me voy a sentir satisfecha de mi misma, y todo lo que haga tendrá un sello integrador en mi relación. Un simple pensamiento puede cambiar el rumbo y forma de la relación.
Pero qué pasa en el día a día… somos profundamente reactivos y qué es eso, actuar sin pensar. Todo el día lo vivimos con prisas, resolviendo tareas, preocupaciones, estamos en “modo sobrevivencia” y no hay paz para detenerse. Es importante hacerse un espacio para detenerse, escuchar música, leer un ratito, hacer oración, meditación, algo que nos saque de la rutina y nos haga seres pensantes.
¿Qué pasa con el sexo? ¡Cuidado con lo que pensemos!! “Trabajo mucho, estoy cansado, ya mañana”, “Hoy no porque me voy temprano al gimnasio”, “En cuanto se duerman los hijos” etc. Cambia el pensamiento, cambia el sentimiento, cambia la acción: “Voy a hacerme el espacio porque es importante” (¡aunque yo no lo crea al rato mi cerebro se la cree!!), y empiezo a sentir que es importante y hago las acciones necesarias para llegar a la intimidad. Pero eso apenas es la mitad del camino. Ahora, seré consciente de la actitud con la que con que llego… “bueno rapidito porque hay que dormirse” “no me gusta como lo hace pero ni modo que se lo diga” etc.
La actitud que aplica es: “me disfruto, te disfruto y tendré comunicación abierta y amorosa para lo que no disfruto”.
Para qué trabajar todo el día, si no es para disfrutarse en la noche?
No olvidemos, lo mejor de la vida es gratis… así que.. a darle que es gerundio!!