Nadar con los delfines siempre había sido uno de mis sueños en la vida. Bueno, ese y ver mi nombre en la portada de alguna novela.
Pero por ahora, me conformaba con ser una simple correctora de manuscritos. De pronto, Corina Fox, la escritora más influyente del panorama literario, requería de mis servicios. Pero, para ello, el destino pedía un gran cambio en mi vida y yo, deseaba aquel puesto con todas mis fuerzas y pondría todos mis empeños para conseguirlo. Mudarme a Nueva York era la condición principal y allí, me vería obligada a jugar a todo o nada mientras arriesgaba un injusto despido a cambio de un viaje al Caribe y un incentivo de un cinco por ciento. Ahora, pasados ya unos meses, sin embargo, siento que ya no soy la misma persona. Escuchar el nombre de Corina me altera, me enfurece y hace que mi cuerpo quede poseído por una intensa sensación de pesar y angustia, mientras me planteo por qué continúo en Nueva York si todo por lo que había luchado no ha servido más que para abrirme las puertas de mi propio infierno, tras sacudir mis cimientos y alterar mi propia naturaleza.
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