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Armando Soberanes

El ABC de la sexualidad.


1. ¿Cuándo empezar a ejercer la sexualidad? Ya empezaste. Desde que nacemos una de las características que nos diferencian de los demás miembros del reino animal, es la sexualidad. Manifestada oral, genital y hasta epidérmicamente diría yo. Por eso es tan importante que lo sepamos y aprendamos a guiarla, observarla y cuidarla, evitando así las desviaciones, abusos y alteraciones que pueden repercutir en el destino final del comportamiento sexual del individuo.

El bebé desde que nace empieza a descubrir que sus genitales son sensibles al tacto, ya sea de un algodón, del pañal, de la propia mano, de la entrepierna, de una andadera, o el lomo de un caballito de madera y resortes. Descubre que mamar el seno materno le produce un placer total, le da seguridad, calor, protección, y un sin fin de sensaciones, que tarda toda una vida, en el mejor de los casos, en decodificar y comprender.

Desde el útero, el bebé es capaz de distinguir la voz de mamá y de papá y le produce placer y gusto. Cuando mamá y papá tienen relaciones sexuales mientras está embarazada la madre, se liberan endorfinas que benefician el desarrollo del feto. Desde antes, un coito planeado para embarazarse, con una gama de intensidades amorosas y eróticas, tendrá como resultado un embarazo más sano y feliz. No se necesita amor para un buen sexo, pero un buen sexo con amor es inigualable. Sexo inigualable para concebir, es el éxtasis de la sexualidad.

Ya está en mí, desde mi gestación soy un ente sexual, la pregunta entonces es:

2. ¿Cómo le hago? Es curioso que desde la adolescencia y a veces antes, dependiendo la zona en que nos desarrollamos -por ejemplo, en las costas ocurre antes- estamos pensando y esperado el ejercicio de nuestra vida sexual. Más lo hombres que las mujeres, lo que obedece esencialmente a un factor anatómico que de cualquier otra índole (los genitales masculinos son externos). Tristemente la espera, salvo en contadas ocasiones, por la primera relación resulta ser traumática para ambos sexos.

El hombre, otrora en México, era llevado a un burdel por el padre “Para que se haga hombre” y se hacía, pero pipi de miedo. El primer encuentro de dos cuerpos desnudos es difícil, creemos saber lo que se “tiene” que hacer, pero realmente hay poca idea, el hombre penetra sin más ni más y eyacula en un ‘tris traz’, la mujer no es preparada, no es excitada, es penetrada en un acto más de tipo agresivo que romántico. Es ahí donde he reflexionado si la primera vez no sería más gratificante en manos de un@ expert@, que quizá no ame, pero inserte un concepto real de sexo y placer que me sirva de referencia positiva en el desarrollo de mi sexualidad. No puedo dejar de mencionar en la época que vivimos de la necesidad de tener precaución sanitaria con la sexualidad. En este momento la mayor parte de los pacientes infectados de VIH no son drogadictos ni homosexuales, son heterosexuales, que ignorantemente piensan que la enfermedad no les puede dar a ellos. Queridos lectores NO TENGAN RELACIONES SEXUALES SIN CONDÓN. Es como jugar a la ruleta rusa con todas las balas puestas en el barril de la pistola.

3. ¿Cuándo le paro? Nunca, la sexualidad y el sexo nos producen felicidad, satisfacción, energía, juventud, auto estima, hace crecer nuestro espíritu, nos proyecta al mundo. Una persona sin sexo se ve, se nota, deambula como muerto en vida, fracasa en sus otros ámbitos. Aquellas mujeres, divorciadas, madres solteras, separadas, solas, etc., etc. que argumentan que dedicaran su vida a los hijos y que no necesitan sexo, mienten, no al Médico, no a la familia, mienten a sí mismas, y los platos rotos los pagan sus hijos. Como siempre digo: Practica tu sexualidad responsablemente y vive feliz, la vida dura poco.

Gracias por leerme.

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