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El natural conflicto de la fidelidad contra la infidelidad. ¿A quién debo ser fiel?


Parece que la monogamia, es decir comprometerse a tener un solo compañero sexual durante el tiempo que dura una relación amorosa es un evento que genera siempre un conflicto intra-psíquico, es decir, de lo que piensa y siente cada quién.

Ser fiel a la pareja amorosa parece un compromiso fácil, pues es un asunto de firmas legales y religiosas donde la pareja se compromete verbal y públicamente en aceptar que solo tendrá actividad sexual con una sola pareja y será esa la que firma el mismo documento, el mismo día que él o ella.

Parece fácil pero no lo es.

Ser fiel a un compromiso sexual refiere a aceptar una renuncia de todos los otros seres de la tierra que no sea el ya elegido, y para eso se requiere de mantenerse racional en lo dicho.

Las lealtades que cada persona maneja son múltiples y tienen que ver con la historia transgeneracional de cada quién, es decir, desde los mitos e ideas que los abuelos nos trasmitieron hasta las exigencias de nuestros padres y nuestros amigos.

Pondré un ejemplo:

Viene un paciente de 45 años de edad, casado durante 15 años con dos hijos adolescentes, pidiendo una consulta.

Resulta que tiene una amiga con la que desea iniciar una relación sexual extramarital y no solo porque le gusta y la desea, sino porque todos sus hermanos varones también tienen amantes y así también su padre. Su abuelo que ya falleció, les decía a sus hijos y nietos que un verdadero hombre debe tener muchas mujeres, porque era así, solamente por eso. No había explicación, tenía que ser así.

Llegar a escuchar estas exigencias de un abuelo ya fallecido ponía a este hombre e un entredicho entre como designarse a si mismo como un ser valioso frente a los ojos de sus hermanos, ¿podría el ser como los demás? o ¿lo odiarían por ser diferente? el paciente dudaba de poder ser feliz con una sola mujer, ¿a quién le iba a ser fiel a la demanda masculina de ser infiel o a la promesa que le había hecho a su esposa?

Este conflicto en su cabeza no lo dejaba dormir y había ya bajado 5 kilos entre que decidía que hacer. Un conflicto intra-psíquico que lo estaba llevando a un nivel de angustia extrema.

Este ejemplo es uno de muchos. El mundo interno de cada quién es el lugar donde se toman las decisiones y se marcan las lealtades, ya sean conscientes o inconscientes.

Somos leales a un aspecto y simultáneamente desleales o infieles a otros.

No hay quién se escape e estas dudas, sin embargo, la claridad de para decidir la tenemos todos.

Por otro lado, ¿Qué entendemos por infidelidad consensuada?

De base estamos hablando de una contradicción, pues la fidelidad es un pacto entre dos y la infidelidad es la ruptura del pacto.

Para llegar a aceptar la infidelidad, de requiere de rehacer el pacto anterior, ya sea que se exprese o no, y lograr un nuevo pacto, lo que en muchas ocasiones no suele ser verbal, sino algo que queda entre las palabras cuando una pareja requiere de cambios para mantenerse a sí misma.

La infidelidad consensuada y abierta es poco común, pues implica que ambas partes de la pareja acepten nuevos integrantes en la vida sexual mutua y no es algo a lo que estemos acostumbrados. Sin embargo, se da cuando los pactos de silencio y de complicidad tocan otros intereses que no están en el cuerpo.

Estos son algunos de los retos a los que los nuevos estilos amorosos tienen que enfrentar cotidianamente.


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