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Carolina Grajales Valdespino

Estrenando año: propósitos y logros, ¿cómo empiezo?


"La manera más efectiva de hacer algo, es hacerlo” Amelia Mary Earhart (1897-1937) Aviadora estadounidense.

Estrenar algo por lo general resulta apasionante, pero estrenar un nuevo año siempre representa un cúmulo de emociones como alegría, esperanza o hasta un dejo de nostalgia. También es una gran oportunidad de hacer un balance al evaluar lo realizado, planear lo faltante o terminar lo inconcluso.

Ahora que las fiestas, los abrazos y los brindis culminaron, es el momento de pensar ¿cómo empiezo este nuevo ciclo? Como humanidad requerimos de hitos o señales que marquen un inicio y un fin, pues permite reflexionar sobre el hacer cotidiano, que luego de tan conocido o repetido ya no es posible mirarlo. Esa es una de las riquezas de desprenderse del año que pasó para comenzar de nuevo.

Un flamante año motiva a emprender nuevos proyectos, su ejecución requiere primero que nada un sueño, un deseo vehemente de algo que no se tiene y se quiere obtener, lo cual implica plantearse cambios pequeños o significativos en la vida. Así, un propósito es un deseo que conlleva acciones o todo quedará sólo en deseos.

Por ejemplo, si la intención es estudiar o concluir estudios, pues habrá que darse a la tarea de investigar instituciones, distancias, plazos de inscripciones… requisitos diversos y tomar decisiones al respecto. Igual si el objetivo es bajar de peso, lo primero será subirse a una báscula y saber cuántos kilos por bajar; definir cuántas horas y días de la semana dedicar al ejercicio, además elegir dónde ejercitarse. El asunto es que los grandes proyectos inician con tareas “pequeñas”, concretas y específicas, por ello la importancia de hacerse una propuesta lo más pormenorizada posible.

En el llamado mundo occidental u “occidentalizado” por la cultura europea, resulta tan motivador el estreno de año que se han hecho investigaciones en diferentes países y se encontraron ciertas coincidencias sobre los deseos más populares entre las personas adultas. En México predominó: obtener mayores ingresos, comprar/cambiar casa, cambiar auto, lograr dieta balanceada, dejar de fumar, perder peso, estar más relajado y buscar nueva pareja. (1). En otros países los propósitos son semejantes: bajar de peso, organizarse, gastar menos y ahorrar más, disfrutar la vida lo más posible, conservarse en forma y con salud, aprender algo estimulante, dejar de fumar, apoyar a otras personas a conseguir sus sueños, enamorarse, tiempo de calidad con la familia... Más o menos, apelando a las diferencias y unicidad de las personas, estos propósitos principales pueden dividirse en cuatro rubros: finanzas, salud, progreso personal y relaciones sentimentales.

El asunto es que el entusiasmo resulta un tanto efímero, pues también los estudios reportan (2) que el 75% de las personas mantenían sus propósitos durante la primera semana de enero; bajaba a 71% después de 2 semanas, descendía a 64% después de un mes y luego de 6 meses, menos de la mitad (sólo el 46%) conservaba sus propósitos. Un dato relevante es que las personas que están entre su segunda y tercera década de vida eran más constantes y entre más edad, los objetivos se diluían con mayor facilidad.

Encontré una imagen en la red que decía: “Mi meta para el 2014 es cumplir los objetivos del 2013, que debería haber cumplido en 2012, que prometí en el 2011 y planifiqué en el 2010.” (zacatecasonline.com.mx consultado el 14-12-2015) ¿Qué sucede con esta tendencia a no concretar objetivos que iniciaron con tanta vehemencia? ¿Hay algún secreto para poder cumplir los propósitos? Considero que en realidad no hay tal, está demostrado que el logro de un objetivo depende en 80% de la tenacidad y el otro 20 del procedimiento que se aplique.

Cuando se emprende un proyecto, su ejecución requiere de objetivos, esto es lo cualitativo: el sueño, la quimera. Luego se derivan las metas, a las que hay que agregarle números: fechas, kilos, montos… traducido en acciones. Sugiero generar un espacio en soledad para hacer una reflexión respecto a qué deseas conseguir en este año que apenas inicia, tomando en cuenta hábitos y preferencias. Algo realmente deseado o aceptar, que, si repites los mismos deseos cada año, a sabiendas de que no se cumplirán, quizá en el fondo no quieras dejar de fumar, ni bajar de peso o cambiar ese rutinario y aburrido empleo… Toda esa lista de propósitos a veces solo llevan a la autoflagelación, aumentando el sentimiento de culpa por no cumplir, aunada a la consabida cuesta de enero (ahora que subió el dólar) las tasas de interés y demás.

Mi propuesta es dejar de obsesionarte con objetivos que no cumplirás en enero y mejor enfocarte en ti misma/mismo. Haz una lista de aquello que hiciste bien y te dejó una gran satisfacción. Luego escribe los pendientes y plantéate “pequeñas” tareas que podrías ir haciendo de forma cotidiana, anotando las fechas de inicio y fin… así identificas avances que si estás teniendoy casi sin darte cuenta irás cerrando asuntos inconclusos. También revisa cómo distribuyes tu tiempo y tu vida en ámbitos básicos para lograr una mejor calidad de vida: lo familiar, físico, social, sexual, cultural, profesional, espiritual, emocional. Esto no se atiende en un día o en un mes, se distribuye como mejor consideres a lo largo de un periodo más extenso, quizá en los próximos trescientos sesenta y tantos días.

Tener un calendario o una agenda resulta muy práctico para revisar de manera gráfica qué logros has tenido y qué falta. La lista es básica porque no se requiere hacer todo al mismo tiempo, sino dar prioridades dependiendo de un contexto amplio. “Despacio que llevamos prisa” dice un refrán y puedes ir construyendo los cambios que estas fechas motivan. Conseguirías compartir avances y obstáculos con tu pareja o un grupo que funcionara como una red de apoyo, tan importante cuando surgen resistencias al cambio. ¿Te parece que así empieces a estrenar el año?

Referencias:

(1) Estudio Temporada Navideña México 2014.

http://es.slideshare.net/TNS_Mexico/estudio-de-navidad-mexico-tns-2014

(2) University of Scranton. Journal of Clinical Psychology (2014) New Years Resolution Statistics.

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