Dicen por ahí “El que busca encuentra”; esta afirmación no es exacta en nuestros tiempos, la mayoría se equivoca. Estar en una sociedad de velocidad apresurada y sincronización, cronómetro en mano; tratando de alcanzar a la tecnología que rige nuestras vidas, hace al estrés y a la frustración nuestra compañía día a día.
La vida alterada por esas rutinas convierte a muchos individuos en seres que se van desensibilizando y mecanizando, confundiendo sus valores y agotando su entusiasmo a causa del desgaste cotidiano; los hace cuestionar su existir y el de quienes les rodean.
Este desgaste de sentimientos de amor, esperanza, tolerancia y paciencia los alejan de sus seres queridos, familia, amistades, compañeros de trabajo o vecinos, dejándolos solitarios con sus pensamientos confusos.
Inseguros por el entorno, las personas cuestionan todo y a todos; dan rienda suelta a cualquier pensamiento y sentimiento; no se excluye de estos, por supuesto, las ideas de infidelidad y de la pérdida de la pareja, las cuales crecen por la predisposición de sus sentidos.
Todos estos síntomas y actitudes se presentan en una gran cantidad de individuos, quienes acomodan ante sus ojos situaciones que les hacen afirmar y reafirmar lo lucubrado por sus pensamientos, para crear de una mera fantasía, una realidad aparente sin ningún sustento tangible.
¿Por qué verificar una infidelidad? Simplemente para no equivocarse en la apreciación. Poder tomar decisiones con base en hechos reales y no en simples juicios infundados, derivados de la imaginación, provocando en infinidad de casos, la destrucción real de las relaciones.
“El que busca encuentra…” pero La verdad. A través de ésta, la tranquilidad de que las actitudes y decisiones tomadas son las correctas.
En el caso de los clientes hombres, las reacciones son muy diversas. Normalmente sorprendidos, su primera respuesta es analizar su comportamiento hacia sus parejas y pretenden justificar su descuido en el hecho de estar muy ocupados atendiendo sus vidas profesionales en pos del mantenimiento del hogar.
Las mujeres en cambio, al recibir una noticia confirmando la infidelidad, siempre esbozan su molestia y es sistemático casi en todas, la búsqueda del divorcio y de intentar dañar a su cónyuge en la misma a medida como ellas se sienten dolidas.
Existen infinidad de reacciones diferentes, como las de perdón, reconciliación, contrariedad, tristeza, reconstrucción o destrucción y venganza, sin embargo, el común denominador es la decepción.
Es muy difícil hablar de la infidelidad cometida, sin embargo, en muchos casos sirve a las parejas para reconocer sus errores y para reconstruir sus relaciones. Por eso, nunca se debe olvidar que siempre es mejor aplicar medidas preventivas para desalentar el sufrir un suceso de infidelidad, buscando siempre reafirmar los canales de comunicación, entender las características del género y lograr una empatía y tolerancia con el otro.