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Jugando con fuego: Descubriendo la pasión y el peligro de la infidelidad.

Actualizado: 18 sept 2023

Dr. Raúl Miranda Arce


La infidelidad puede despertar emociones intensas y añadir un elemento de peligro y pasión a las vidas de las personas involucradas. Cuando se descubre un acto de infidelidad, los sentimientos que pueden desencadenarse son en verdad un torbellino de emociones contradictorias. La infidelidad puede ser; infidelidad emocional que no es tan fácilmente delimitable como la infidelidad física. Cada persona y pareja puede tener su propia percepción y límites en cuanto a lo que consideran infidelidad, pero cuando se cruza esa línea, se despiertan emociones muy intensas.


La persona que ha vivido que le han sido infiel puede experimentar una inmensa sensación de dolor emocional, traición y pérdida de confianza. La infidelidad puede generar un impacto profundo en su autoestima y seguridad emocional. La perdida de confianza depositada en el ser amado puede llevar a una sensación de trauma emocional, a una sensación enorme de perdida y desencadenar un proceso de duelo peculiar generalmente provocando un pensar de manera obsesiva en los detalles de la aventura amorosa, intentando saber la verdad, la persona muchas veces desconociéndose a sí misma se ve hurgando en las cosas personales de la pareja, mira a escondidas el celular, el registro de llamadas o de mensajes, revisa la agenda, busca en los bolsillos de la ropa, escudriña el automóvil, quiere sacar información de la secretaria, los compañeros de trabajo, de los amigos, especula sobre inconsistencias de los dichos de la pareja sobre donde estuvo, con quien estuvo, y cuánto tiempo, quiere saber absolutamente todo. Por un lado, es un sentimiento doloroso de desconfianza, de no poder creer lo que su pareja le dice, quiere ver por sus propios ojos la contundencia de la infidelidad y por otro lado quisiera no haberlo sabido o volver al pasado cuando nada de ello había ocurrido. Muchas veces el reproche es a la amiga o amigo mensajero del asunto es desear no haberlo sabido jamás. La fantasía de despertar y que nada hubiera ocurrido, recuperando la tranquilidad y el equilibrio ahora arrebatados, esta vorágine no permite dormir, genera ansiedad, sentimientos de incertidumbre cuestionamientos de su valía, miedo al futuro, sentir que todo su mundo ha sido roto y muchas veces una bruma depresiva ocupa la vida de la persona desbordando la capacidad de manejar sus emociones.


Por otro lado, la persona que ha sido infiel puede experimentar una mezcla de emociones. La infidelidad puede responder a necesidades de admiración y seguridad en uno mismo. El juego de la seducción y la atracción pueden enganchar a la persona, ante una oportunidad que se contempla inicialmente como inocente, se comienza como en un “juego” sin pensar en que algo serio pueda surgir. Muchas veces en retrospectiva se explica: que no lo pensó, que simplemente se dio, que nunca se imaginó la dimensión o los alcances a los que se llegaría, la persona se vio atrapada. La pregunta es ¿atrapada por el tercero o atrapada consigo mismo? ya que se despiertan intensas emociones que en algún momento se volvió imposible renunciar; se despiertan fantasías de lo atractivo de una aventura y pasión prohibida con el riesgo y peligro de las relaciones secretas, la adrenalina se vive al máximo, la persona se siente vitalizada, siente una inyección de intensidad en la vida muchas veces anteriormente dormida o anestesiada ya, por la rutina cotidiana, la persona se puede ver a sí misma como quien desafía las normas establecidas se siente que puede llevar a cabo metas que nunca pensó alcanzar, se siente mejor consigo mismo, le da una sensación de empoderamiento y la sensación de ser capaz de logros incluso ya abandonados, se tiene un nuevo ímpetu en la vida y puede llevarlo a nuevas experiencias y sus consecuencias inesperadas en ocasiones no dimensionadas o con una visión distorsionada ya que el ímpetu que se vive es difícilmente renunciable y no se contemplan las repercusiones en los demás, lease la pareja, la familia la condición social o económica siendo eventualmente potencialmente catastróficas.

Si la relación que inicia como un juego avanza y se va adquiriendo estabilidad la persona entra en sentimientos contradictorios se debate entre la culpa, el deseo y el miedo a ser descubiertos.

Al mismo tiempo quien descubre la infidelidad puede llevar a la persona a vivir un conflicto interno debatiéndose entre el amor por su pareja, desear recuperar la armonía de su relación y la necesidad de sanar y recuperar su dignidad y autoestima lastimadas.


Peligro, intensidad, crisis que es una disrupción de la rutina establecida y el planteamiento seria si este estado de cosas es necesariamente malo o catastrófico.


Mi experiencia como terapeuta en contrapunto con lo que comúnmente pudiera pensarse en que no necesariamente es una experiencia destructiva y fatal. Que el orden establecido se rompe y lo mas probable es que nunca vuelva a ser lo mismo es lo mas frecuente, aun cuando se intente una colusión en donde ambos miembros de la pareja hagan un pacto ya sea explico o implícito de no hablar mas del asunto y hacer como que aquí no ha pasado nada. La realidad es que las cosas nunca vuelven a ser lo mismo, pero el planteamiento en terapia es ¿En verdad ser desea que la vida en pareja vuelva ser lo mismo? Y ante un acontecimiento de esta magnitud que cuestiona todos los pilares de donde se cimenta una relación de pareja debemos decir sin temor a equivocarnos. ¡No! las personas no desean volver a la rutina anterior es un grito de ayuda, un estrepitoso necesitamos un cambio y cuando se utiliza el espacio que proporciona el proceso terapéutico esta experiencia intensa, dolorosa y pasional desde ambas partes no solo es un enorme aprendizaje de vida sino un fuerte empujón a un proceso de introspección con una perspectiva amplia que puede ser de un gran enriquecimiento personal y una profundidad en la capacidad de amar y crear relaciones significativas, en muchas ocasiones la pareja continua como tal aprendiendo de la experiencia y creando un proceso de relación enriquecido aprendiendo de los errores en ocasiones no se puede continuar con el mismo proyecto de vida compartido aun así es una experiencia enriquecedora para la vida. Sin duda si la pareja emprende un proceso terapéutico existen muchas más probabilidades de restaurar y crear un nuevo proyecto de vida compartida que cuando se viven estas experiencias en soledad o cada quien por su lado aun en procesos terapéuticos por lo que mi recomendación es una terapia de pareja y únicamente terapia de pareja sin interferencias de otra índole.


Una experiencia de infidelidad en mi perspectiva no hay un culpable y una victima generalmente es una corresponsabilidad de la pareja con diferentes roles. Avisos o mensajes mas o menos claros generalmente los hay previos a los eventos concretos, las consecuencias son para ambos y si se adentra en el proceso será un proceso enriquecedor y de aprendizaje para la vida haciéndola más significativa y profunda, de otro modo pueden establecerse, duelos y depresión interminables, rencores y decepción insuperables, culpa permanente y una vida crónicamente llena de infelicidad e insatisfacción que desafortunadamente no solo la vive la propia persona sino que se transmite a quienes vivan alrededor, especialmente a los hijos y las nuevas generaciones.

Dr. Raúl Miranda Arce

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