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Sofía Villar

La hostilidad como expresión de amor



Todos en algún momento de nuestras vidas hemos sido “testigos” de escenas de pareja en las que aparecen emociones desbordadas donde “se lastima al ser amado”, al agredirlo, menospreciarlo o ignorarlo.

Hoy quiero referirme a aquellas relaciones donde surge la palabra hostil ó las actuaciones violentas como la forma dominante de interacción. Son parejas disparejas, que han construido una dinámica caracterizada por la agresión, en donde se instalan las posiciones amo-esclavo, en el cual uno de los integrantes decide y el otro se somete a las condiciones de vida que impone la pareja en aspectos como las relaciones sexuales, el manejo del dinero, el control de los amigos, entre otros. Se tratan de vínculos dañinos, porque ambos integrantes de la pareja eligen (consciente e inconscientemente) instalar la violencia, la dominación y el control en los escenarios cotidianos de la convivencia. Se caracterizan por ser parejas que al estar juntas se lastiman y se agreden, a veces de manera física, verbal o psicológica, pero al estar separadas sufren y anhelan estar con su pareja, sin estimar los estados de vulneración que la misma relación puede generar. En estas parejas la comunicación se conduce a través de gritos, ofensas o tal vez siendo indiferentes ante el sufrimiento propio y ajeno. Son personas que presentan un alto nivel de sufrimiento psíquico y no saben cómo salir del círculo vicioso, pues optan por elegir relaciones amorosas al servicio de la destrucción, que generan estados de confusión, ambivalencia y pérdida de identidad. Es importante detectar estos hilos “invisibles” de violencia que pueden presentarse al interior de la pareja, y resalto invisibles porque a veces pareciera que las personas implicadas en estas relaciones tóxicas no quieren “darse cuenta” de ellas y se encargan de silenciar u ocultar sus dificultades con el fin de mantener estos amores que duelen. Y aunque en todo vínculo de pareja es normal que se generen zonas de desencuentro y conflicto, es necesario identificar cuando predominan emociones que atacan o dañan al otro, y se constituyen en la forma natural de construir vínculos afectivos.

Amar es una expresión voluntaria que se construye desde el respeto propio y se afianza en las relaciones que construimos con los demás.

Si estas interesado en conocer los puntos conflictivos que surgen en tu relación de pareja. Busca ayuda profesional, nunca es tarde para darle un rumbo distinto a tu forma de con-vivir en pareja.

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