Hace unas décadas quien llegaba a los 30 en condición de soltero empezaba a tener el calificativo de “solteron” o “solterona” un adjetivo burlesco y de connotación negativa para nombrar a quien no encajaba en el conmemorado ideal de la vida matrimonial y familiar. Así mismo aplicaba para quienes optaban por la vía de la separación conyugal, su condición de solteros “separados” era un estigma de vida solitaria.
En la actualidad este imaginario de la soltería ha ido cambiando, hombres y mujeres eligen la soltería, lo cual no significa que están solos, pues optan por una amplia gama de opciones que nada tienen que ver con una vida triste, aburrida o poco placentera, al contrario, este panorama es cada vez más versátil, pues las nuevas generaciones encuentran en la soltería el estado ideal para dar vía libre a la primera persona del singular, el codicioso “yo”.
Hoy en día estar soltero es una decisión egosintónica, es decir privilegian elecciones que favorecen y benefician al sí mismo, ellos gozan de este estatus unipersonal que despierta admiración, envidia y en muchas ocasiones acalorados cuestionamientos.
Los nuevos solteros tienen una filosofía de vida enfocada en su placer y bienestar, se dedican a hacer lo que les gusta, ya sean aficiones, hobbies, viajes, estudios, entre otras cosas. Muchos de ellos tienen pareja, pero no conviven, o se enlazan a relaciones esporádicas y fluctuantes donde el proyecto en común no tiene cabida, sólo se vive el momento. Y aunque se ilusionan o se enamoran, son chispazos de corto alcance donde el amor pareciera tener una condición de caducidad.
Algunos de ellos cuestionan y rechazan la vida matrimonial, le huyen al compromiso, a la vida familiar, no creen en el amor eterno, privilegian las relaciones libres, abiertas y aquellas encaminadas al propósito de preservar su apreciada independencia y autonomía. El tiempo es la brújula constante para medir su forma de estar en el mundo, pues dedican tiempo para sí mismos, para sus amigos, para su crecimiento profesional y desafían las relaciones, marcando los segundos de duración que ocuparán su vida acelerada y volátil.
Los solteros parecieran avanzar al ritmo de los cambios tecnológicos y del mercado global, están en constante actualización de sus vidas, de su perfil profesional, de sus relaciones amorosas. Se caracterizan por llevar una vida social activa e hiperconectada, ya que encuentran “en las redes sociales” la mejor plataforma para expresar su necesidad de contacto emocional.
El aumento de solteros es una tendencia revolucionaria que hoy en día impregna la expectativa de miles de jóvenes, ellos redefinen los modelos relacionales de las nuevas generaciones, donde el modelo tradicional de familia y pareja es seriamente descartado. Ellos plantean nuevos modos de producción afectiva, social y económica, donde se privilegia la vida independiente, autónoma y libre de ataduras. Los nuevos solteros son tendencia, pero también la muestra de otros estilos y formas de estar en la vida contemporánea.