¿A quién no le gustaría un manual de lo correcto, lo incorrecto y lo que nunca se debe de hacer en una relación de pareja? Sin embargo, hacer esto es una locura.
Pensar que las relaciones de pareja se limitan a “lo correcto o lo incorrecto” es ser un poco simplista y no darle espacio y tiempo al verdadero problema existente en este tema.
Aquí lo interesante es que cuando queremos saber si estamos haciendo las cosas bien o mal, si nuestra pareja está siendo “mala” o si nuestra forma de llevarnos es la “correcta” o la “incorrecta” nos volcamos a mirar afuera y preguntarle a la sociedad. ¿Y todo para qué? Para tener respuestas diversas y contradicciones. Sólo hace falta que te des un día una vuelta por una librería y veas los libros que hablan de como deberían de llevarse las parejas para darte cuenta que los mensajes se mezclan y hay más de una forma de estar en pareja.
Esto desgraciadamente complica las relaciones. Porque nos enfocamos tanto en educar a nuestra pareja a que se adecue a lo que nosotros idealizamos como una pareja buena que nos olvidamos en el proceso de la parte más importante para poder estar en pareja:
¿Y yo que quiero de esta relación? Es una pregunta que al parecer parece sencilla pero en realidad es mucho más compleja, en parte porque no sabemos qué queremos, y aprender a hacerlo es un proceso de descubrimiento, se descubre haciendo, en ese sentido si eres soltero o soltera será “menos complicado” ya que lo que se necesita hacer para ver que es lo “bueno” y que es lo “malo” en la relación de pareja es probar, hacer cosas distintas, estar dispuesto a probar y comunicarme con la pareja para entre los dos sacar la conclusión y acordar qué es lo que queremos en la relación.
Te pongo un ejemplo. Yo una vez tuve de pacientes una pareja que tenía temas porque ella era infiel, no fue hasta que exploramos la relación que se dieron cuenta que eso no le molestaba a él en lo más mínimo, lo que realmente le molestaba era que ella muchas veces tomaba tiempo que ellos tenían para estar en pareja para salir con otros hombres, fuera de eso si se acostaba con quien fuera a él le tenía sin cuidado, al final acordaron que eso no era tema para ellos y empezaron a crear acuerdos que les funcionaban.
Aquí no te estoy diciendo que si tienes una pareja infiel tengas que quedarte en la relación, lo que te estoy proponiendo es que pongas en duda si te incomoda a ti realmente o si te incomoda por el precio social, a veces quizás lo que necesitas es hablar con tu pareja y generar acuerdos de lo que es importante para ti.
La única forma de saber que está bien y que está mal para ti es empezar a observarte, notar que es lo que realmente te molesta de los temas en la relación, preguntarte, y notar como hacerle para que tu obtengas eso que realmente necesitas en la relación.
Para esto es importante que te tengas paciencia. Algunas cosas que te pueden servir en esto:
1.- Dudar: ¿Realmente esto que sucede en la pareja me afecta? ¿Siento que me molesta porque alguien cercano me dijo que debería de molestarme? ¿Me molesta ser así de influenciable?
2.- Nota lo que sí hay: este tema ayuda a equilibrar las cosas y a poder notar qué cosas sí hay en la relación, y notar sí me están funcionando y o no.
3.- Date permiso de “fallarle a la sociedad”: aquí es importante que te preguntes si fuera de la caja te funciona. Recuerda, la verdadera infidelidad es la falla en los acuerdos dentro de una pareja.
Ten paciencia y aprende a ver qué quieres tú, qué quiere la sociedad de ti y que es lo que puedes construir con tu pareja. Al final, valdrá la pena el recorrido…
Nos leemos pronto.