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Los retos familiares en las vacaciones


Este fin de año hemos disfrutado todos de muchos días sin laborar además de que varios de ellos fueron festivos.

Estar de vacaciones implica dejar la rutina que cada uno de nosotros mantenemos en los días laborales, me refiero tanto a los niños que van a sus actividades educativas, como a los adultos que están integrados al sistema laboral ya sea formal o informal.

Aunque la semana oficial laboral es de 6 días y uno de descanso, es diferente la vacación que es un periodo esperado donde hacemos planes para utilizar distinto el tiempo libre con las compañías que elegimos. Hay en esta decisión un gran reto.


El reto radica en mantenerse equilibrado y estable en los días en que se intensifica la convivencia social familiar. Donde no hay espacio para compañeros extraconyugales.


¿Es mi familia una familia perfecta? O que tan imperfecta.


Cada familia es distinta, pero todas tienen sus porciones de ambivalencia y, conflicto, y estar todos juntos requiere hacer equipo y tomar decisiones en beneficio de muchos que no siempre es todos.


El tiempo que dedicamos a las vacaciones requiere de habilidades distintas a las cotidianas, la intimidad que se logra en estos días es diferente y es muy común que los malos entendidos emergen fácilmente. Además de que nos preparamos poco para interactuar con nuestros seres queridos considerando que todo va a ser más fácil dentro del núcleo familiar que fuera de él.


Las familias se reúnen, festejan la vida, salen de sus casas, algunos viajan, pero en este estar cerca se develan sus dificultades naturales. Las familias se constituyen por sus integrantes donde cada uno de ellos tienen un rol y un trabajo específico, es decir, una función. Así, se denominan familias funcionales a aquellas donde sus integrantes conocen y cuidan los límites de cada rol o bien, disfuncionales cuando sus miembros no están funcionando como se esperaría. Cuando alguno no hace lo que le corresponde, y tanto el padre, la madre como los hijos están confundidos sin respetar generaciones, género y reglas de convivencia.

Hay familias que viven siendo disfuncionales, la mayoría genera estados de angustia crónico y aparecen síntomas que evidencian el malestar en sus miembros.


A veces este malestar familiar se vuelve pretexto para buscar en una persona fuera del círculo familiar, cariño sexo y comprensión.


Por eso lo que más gusta de las vacaciones, más allá de romper la rutina, es regresar a la misma rutina. Donde cada quien ha encontrado lo extraconyugal para organizar su cotidianeidad, ya sea con alternativas en el área deportiva, sexual, intelectual, etc.


Las vacaciones son el tiempo del año en donde dejamos de lado nuestras actividades educativas y laborales, para descansar y estar con los que deseamos convivir.


Las familias se reúnen a festejar, y es muy común que emerjan sus conflictos naturales, por lo que es importante estar emocionalmente preparado para que esos lugares de intimidad familiar sean agradables.


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