Cabe señalar que la orientación sexual de las personas en diferentes etapas de la vida puede llegar a cambiar. No deseo generalizar, pero puede suceder en hombres y mujeres.
Pero qué te pasaría a ti, mujer casada, si una mañana, a la hora del desayuno tu marido con la taza de café en sus manos te dice: “Amor, tengo algo que decirte”; y tú le respondes: “Sí mi vida, te escucho”. Y él te confiesa: “Soy bisexual”.
Una bomba inesperada ha estallado. Lo primero que te sucede si no sospechabas nada de tu esposo y escuchas esa confesión, entras en estado de shock. La noticia puede ser demoledora. Una puede llegar a sentir una enorme tristeza, decepción, culpa, mucho enojo, entre otros sentimientos. Obviamente nunca te lo hubieras imaginado cuando te has casado de blanco y por la iglesia o cualquier otra tipo de ceremonia o ritual. Es posible que tu esposo haya estado lidiando con su bisexualidad por mucho tiempo. Sin embargo ha dado un gran paso al ser honesto contigo
En el momento de la confesión es muy difícil reflexionar, se siente un bloqueo denso y pesado. La confusión es la consecuencia inevitable. No obstante es necesario después del impacto reflexionar y analizar la situación. Recapacitar acerca de cómo te sientes, cuáles son las dudas o ideas que tienes con respecto a la bisexualidad de tu marido y cuáles son las cosas que más te preocupan de que tu pareja sea bisexual. Es de vital importancia aclarar tus sentimientos y pensamientos antes de hablar con él. Una vez lo hayas hecho, hablarle con toda sinceridad de tus dudas y temores y que ellos queden claros. Formularle todas las preguntas que te hayan pasado por la mente. El hecho que tu pareja te haya confesado que es bisexual muestra el nivel de confianza que te tiene y en cierto sentido debes considerar. Su bisexualidad –para él- no implica forzosamente que dejará de tener una relación formal contigo, lo que no excluye que te sería fiel. Ahora tú también te ves obligada a dar un enorme paso al conversar con él acerca de lo que desea de ti. ¿Cómo quiere que sea tu matrimonio? ¿Quiere tener otras parejas? ¿Quiere seguir siendo monógamo?
En nuestra cultura, lo más frecuente en estos casos es que la esposa se aleje “espantada” de su marido, se distancie, se separe y termine pidiéndole el divorcio. Lo que no excluye las excepciones, y ellas parten de haber escuchado, dialogado y comprendido las razones de la bisexualidad de su pareja. Muchos hombres bisexuales desean permanecer con su esposa. Esto depende de factores como el nivel de compromiso, los valores personales, el respeto, entre otros, independientes de la orientación sexual. Si tu pareja te está demostrando que quiere permanecer contigo y que se siente a gusto en la relación, quizás puedas dejar de desconfiar de ella. Suena “a fácil”, pero no es nada sencillo. Algo tendrás que hacer; ¿qué sucede si hay hijos? ¿Qué le dirás a tus familiares y amigos cercanos? ¿Conservarás el secreto?
Finalmente tendrás que tomar una decisión, y ella dependerá de haberte dado a ti misma el espacio para analizar, haber dialogado con tu marido, y una vez aclaradas las dudas y los sentimientos que tengas por él, surgirá tu decisión si continuar y comprender su condición, que te ama. O, si a pesar de todo lo anterior tu decisión es no compartir a tu pareja. Esta decisión invariablemente será dolorosa, pero la separación es la última alternativa.
Algunos especialistas en el tema plantean y comentan que siempre existe una posibilidad alterna. La orientación sexual de una persona no determina su capacidad o deseo de estar en una relación monógama y fiel. La pareja decide lo que significa ser monógamo. Y ahí es cuando la esposa tiene la última palabra con todo lo que ello conlleva.
Si estás pasando por estas circunstancias y tu estado de ánimo no te permite esclarecer tus pensamientos y que hacer, siempre será recomendable acudir con un profesional –Psicoterapeuta- antes de tomar una decisión final.
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