Entre los 66 libros de la Biblia, encontramos uno que es un libro que habla del amor entre dos personas; es un poema escrito como guion teatral. Este libro es el “Cantar de los cantares”.
Pero, ¿Por qué se llama Cantar de los Cantares? Porque los enamorados se cantan. Recomiendo su lectura a todas las parejas preparándose para el matrimonio. Uno de los síntomas del “enamoramiento” es estar cantando a todas horas ¿te acuerdas? En este mes y en los siguientes vamos a estudiar este extraordinario libro. (Te animo a que lo busques en tu Biblia y lo leas). El Rabino Aquiba (130 d.c.) declaró: “Todos los escritos son santos, pero el Cantar de los Cantares es el más santo”.
Las primeras palabras del libro son las de la doncella que anhela los besos de su amado: “oh, si el me besara con besos de su boca porque mejores son tus amores que el vino”. En este libro tan antiguo, la mujer toma la iniciativa en cuento al contacto físico. Eso debería librar a las esposas del miedo de iniciar la relación con su amado. Después expresa la novia sus dudas sobre su atractivo físico diciendo: “No te fijes en que soy morena porque el sol me bronceó. Los hijos de mi madre se enojaron contra mí y me pusieron a cuidar viñas; y mi propia viña no he cuidado”. Parece que está expresando algo de baja autoestima en cuanto a su apariencia física. No dice en el texto porque sus hermanos se enojaron con ella. La cuestión es que por cumplir con su deber de trabajar por largas horas en el campo no pudo prestar atención a su propia persona. La mujer era un tipo de cenicienta ¿Cuánta mujer siente lo mismo que esta judía morenita?
En la respuesta de su novio, nosotros los hombres aprendemos como responder sus dudas o complejos en cuanto a su aspecto físico. “Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres... Tú eres para mí, amor mío, cual fina yegua del carro del faraón. ¡Qué lindas son tus mejillas entre los pendientes! ¡Qué lindo es tu cuello entre los collares de perlas!”.
Aunque hoy en día quizá no vas a comparar a tu esposa con una yegua, vemos que las palabras del esposo son de gran afirmación; ya que en Israel los caballos tenían un valor inalcanzable y eran engalanados con joyas, metales preciosos y plumas. Vemos que es de importante valor la comunicación de parte del hombre para que edifique a su amada. Terminando el dialogo él expresa: “He aquí tu eres hermosa, amada mía; ¡que bella eres! Tus ojos son como de palomas”. Que afortunada mujer, él si supo cómo conquistarla; si hacemos una comparación con los hombres de la actualidad, su mirada se va primero al cuerpo y rara vez la mira a los ojos y habla a su corazón.
La aplicación espiritual es que cuando nos sentimos de poco valor, menospreciados o deprimidos el “Novio Celestial” Jesucristo, siempre nos anima y nos afirma con sus bellas palabras: “ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado. Yo voy hacer algo nuevo en ti”. Isaías 43:18
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