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¿Qué entendemos por protección infantil?


Nuestra Constitución Política y diversos tratados internacionales de los que México es parte, que son la ley suprema de la Nación, contienen preceptos en los que se reconocen los derechos de los menores de edad, mismos que se encuentran íntimamente relacionados al tema de la protección infantil.

¿Por qué?

Proteger a una persona, en términos generales y comunes, significa realizar todo lo necesario para impedir que sufra algún daño, incluyendo omitir actos que puedan provocárselos; consecuentemente, la protección infantil está íntimamente relacionada con los derechos de los niños; esto es, son todos los actos que se tienen que llevar a cabo para garantizar primero que reciban sus derechos y luego, que no se vulneren los mismos; en otras palabras, si a un menor de edad se le priva de algún derecho, se le está desprotegiendo, al igual que si se le maltrata, física o psicológicamente.

Suena sencillo, pero desafortunadamente no es fácil, porque para que se considere que los derechos infantiles están protegidos, los niños deben recibir todo lo que requieren para su desarrollo, lo cual debe ser además de calidad. A continuación, haré lo posible por referirme a los derechos infantiles en particular y a lo que, en mi opinión, se requiere para no vulnerarlos, dicho de otra manera, para protegerlos.

Dentro del cúmulo de derechos que tiene un menor de edad, está el de recibir alimento, pero no se trata de atiborrarlos de comida, se trata de que reciban los nutrientes necesarios para un adecuado desarrollo; para que crezcan sanos; para que tengan energía necesaria para estudiar, por lo tanto, la protección infantil, no es sólo garantizar comida para los niños, debe ser comida de calidad. También tiene que ver con información y educación de los padres, porque muchas veces, por ignorancia no se alimenta adecuadamente a un niño. Hay desconocimiento de lo que constituye una alimentación balanceada, en la que deben comprenderse proteínas, carbohidratos y grasas, en determinadas proporciones, además.

La vivienda es otro derecho infantil que debe ser protegido. Desafortunadamente en nuestro país, hay niños que viven en la calle; otros que tienen que caminar horas desde sus viviendas, para poder llegar a la escuela o peor aún, para encontrar agua para beber; muchos más, que viven hacinados, en lugares demasiado pequeños, con mucha gente. Podemos concluir que la vivienda debe ser digna, esto es, contar con lo necesario para que un niño crezca adecuadamente, como una cocina para preparar sus alimentos; baño, con agua, para asearse, no sólo con inodoros; dormitorio, para descansar y poder estudiar; tener lugar para que pueda jugar, porque ese es otro de sus derechos; espacios lo suficientemente amplios para que exista una convivencia adecuada entre los miembros de la familia y de preferencia estar a una distancia razonable de la escuela y de los servicios de salud.

Otro derecho de la infancia que debe ser protegido es el de la educación, tema tan controvertido en nuestro país, porque es fundamental para que puedan tener una vida sin carencias, disfrutar su entorno y desarrollarse en el futuro como adultos con dignidad, siendo capaces de ser competitivos laboralmente, para poder proveerse a sí mismos y a su familia, de lo necesario, no sólo para subsistir; para vivir la vida conforme a sus aspiraciones, siempre y cuando dichas aspiraciones no vulneren los derechos de los demás.

El derecho a la salud también debe ser protegido, lo cual involucra varios derechos de los que ya hemos comentado. Para que un niño sea sano, debe comer bien; debe vestir y calzar adecuadamente; debe vivir en un espacio apropiado; debe comer bien; debe ser tratado con respeto y dignidad; debe jugar y

no trabajar; debe aprender a relacionarse y a tratar a sus semejantes; debe sentirse seguro en casa y fuera de ella; debe, desde luego, tener acceso a servicios adecuados de salud, tanto para prevenir enfermedades, como para combatirlas cuando se presentan.

El derecho a la salud, comprende también el aspecto psicológico del niño, que es frecuentemente ignorado. No basta con que un niño coma, vaya a la escuela, tenga un techo, debe tener un trato digno, respetuoso, vivir en armonía y sentirse amado por su familia y valorado por su comunidad, lo cual implica también el reconocimiento

de sus costumbres culturales; un niño en esas condiciones, será un adulto próspero y que regresará todo lo que recibió, con creces, empezando por su familia y luego lo derramará también a la sociedad.

Igualmente está reconocido por la legislación mexicana, el derecho que tienen los niños al esparcimiento y constituye parte de la salud mental de una persona; los niños tienen que jugar, deben aprender también a divertirse, a gozar de su entorno, serán más felices y, por lo tanto, aportarán mucho más a la sociedad en su vida adulta, tanto en su comportamiento general, como en su productividad y a su vez, en la educación de sus propios hijos.

El derecho a vestir y calzar, no merece mayor comentario, es obvio, debe ser adecuado al lugar en el que vive cada niño y debe darle abrigo de acuerdo al clima, etcétera.

Como puede verse, los temas de la protección infantil, son diversos y dan para ahondar en cada uno de ellos. Lo que me parece que es importante, es destacar que se trata de una responsabilidad social, no solamente del gobierno, empieza en la familia e involucra a todos los miembros de la sociedad, porque la protección infantil redundará en el futuro del país y del planeta en general. Invirtamos en la protección de los derechos de nuestros niños, crearemos un mejor mundo.


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