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Superar una infidelidad y construir la relación


Superar la infidelidad o una infidelidad es posible o no. Depende de una decisión individual. En este, como en muchos temas que atañen a una pareja es imposible generalizar.

Las parejas que han pasado por una crisis de infidelidad, y en el caso positivo, si es que ambas partes desean reconciliarse, debe haber entre ellos un arrepentimiento ratificado por el cambio de conducta. Tanto por la persona que ha sido infiel como la de su partenaire que ha sufrido esa traición.

Es importante que haya un verdadero sinceramiento entre estos 2 miembros de la pareja frente a un profesional experto/a y que funja como testigo y testimonio para que puedan aprender de esta experiencia, poner atención en lo que andaba mal de lo interno del matrimonio para no repetirlo y tratar de corregirlo. Ir a un buen análisis terapéutico, es una manera de sanear heridas, duele indudablemente revolver las historias, pero también fortalece pues aparece la verdad que ayudará a reflexionar antes de tomar alguna decisión de continuar o no en la pareja.

Los hombres, en general son propensos a no perdonar (por esa parte machista que se tiene) y la mujer sí, es quien en la mayoría de los casos se permite perdonar tratando de justificar a su hombre (por el sólo hecho de ser varón). Preguntarse por qué y para qué quiero intentar reconciliar mi matrimonio, puede deberse a muchos factores como económicos, posición social, frente a los hijos o simple y llanamente por el amor que todavía se siente. Para eso es necesario tomarse un lapso prudencial, un lapso que tal vez implique una separación física temporal y/o espacial.

Ese tiempo de reflexión junto al profesional permitirá re-pasar, revisar la relación marital desde el comienzo de la misma hasta la actualidad, es decir, hacer historia, pudiendo así validar y re-validar los sentimientos, mostrar ya sea dolor, frustración, enojo, alegría, lo que posibilitará tener una comunicación más abierta y honesta. Lo mencionado más arriba no es fácil pues implica realizar un esfuerzo y un trabajo en un conjunto, por ejemplo aprender a compartir más intereses juntos, inquietudes ya sean recreativas bailar, ir de paseo, al cine al teatro o de estudios, cursos, talleres etc pueden hacer una gran diferencia en el vínculo.

No todas las parejas en las que se da la infidelidad se separan, algunas pueden perdonarse promoviendo así la propia salud mental, el equilibrio y la confianza mutua.

Tenemos que comprender que la infidelidad es finalmente un síntoma de que algo no funciona como debería en la relación. Es lo que en verdad hay que descubrir y justamente es esa situación, lo que obliga a platicar, discutir y consensuar nuevos acuerdos antes de tomar cualquier tipo de decisión.

Siempre ante la adversidad existe la oportunidad de crecer de múltiples maneras, tal vez inimaginables no sólo en el ámbito personal, sino también en el ámbito familiar, con los hijos, niños, adolescentes o adultos, de tal forma que se pueda revertir ese dolor e incertidumbre que se siente por nuevas fortalezas y seguridad.


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