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Yo traiciono, el traiciona, todos traicionamos



Traicionar es un verbo muy común de entre todas las palabras que usamos todos los días.

Es una experiencia que es vista como negativa, cargada de destrucción y de venganza, sin embargo, quisiera intentar diferenciar que existen varias formas y niveles de traición y que en ocasiones la traición puede ser vista y entendida como positiva. Lo más probable es pensar y sentir que fácilmente podemos caer o ser víctimas de una traición, y como en la parte pasiva y receptiva de la experiencia y que difícilmente podemos aceptar que nosotros también formamos parte de esa posibilidad humana que es romper un pacto hecho entre una o varias personas, ya sea tácito o explicito, entre personas, organizaciones o ideas, lo cual también incluye la idea de nuestro poder superior.

El tema de la traición no es ajeno a ninguno de nosotros y queda instalado en el desarrollo normal del psiquismo humano y deja sus huellas desde el inicio de la vida psíquica, especialmente durante el proceso edípico primario la traición es un componente integral del trauma psíquico. Atraviesa el terreno de la confianza-desconfianza, dejando fuera la ingenuidad y la inocencia.

Es un tópico esencial que no ha sido suficientemente estudiado por los psicoanalistas y los profesionales de la salud mental, por lo que aquí tenemos la oportunidad de profundizar en esta experiencia que va de la mano de cualquier situación, no solo de lo relacionado con la pareja o con el amor. Existe la traición en las ideas básicas de nuestra cultura basadas en los preceptos bíblicos, donde se expone como la humanidad se ha desarrollado a través de traicionar el pacto divino como Eva con su manzana frente al pacto de no comer del árbol de la vida y de la muerte. Es denominada traición originaria. Después encontramos la traición narcisista que refiere a la ruptura del pacto que cada quien tiene consigo mismo, con su cuerpo, con su propio ser. Cuando nos enfermamos de mas, o cuando no podemos cuidarnos suficiente, cuando el lenguaje esta puesto en las quejas del cuerpo, estamos traicionando nuestro derecho a la salud.

Encontramos también la traición diádica donde una persona traiciona a otra, amigos que se lastiman, personas que no pagan, no hacen lo pactado. El ejemplo aquí se basa en las expectativas de una mama con su bebé, donde a pesar de todo la bueno que ambos tienen, siempre hay expectativas no cumplidas que lastiman , que no se puede matener en una relación perfecta pues esta no es posible, siempre será falible. Aquí estaría también el nivel de funcionamiento del bullying. Más adelante encontramos un estilo de traición tríadica, entre mamá-papá- bebe ,entre tres seres que hacen pactos, los rompen se lastiman, se liberan, se expresan y es en este nivel donde encontramos las traiciones amorosas. Ya sea amor filial, romántico, sensual.Y tenemos otro último nivel de la traición humana que refiere a la ruptura de lealtad al grupo de referencia, a las instituciones, a la familia, a la nación .

Hay traiciones que matan, pero otras que liberan, algunas sirven como estrategia de guerra para llegar a ciertas metas. La agresión, ya sea pasiva o activa, clandestina o frontal es el medio de la expresión de la traición.

Si no aceptamos que todos traicionamos, que rompemos pactos de manera consciente e inconsciente estamos negando que la naturaleza humana es asi, traicionera. Y si no lo enfrentamos, no aceptamos quiénes somos?

El manejo sano de la aceptación de la traición puede ser una herramienta para enfrenta la vida cotidiana.

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