Los seres humanos nacemos en un estado de dependencia de nuestros progenitores para poder sobrevivir en la tierra, hemos evolucionando en el tiempo y logrando un desarrollo equilibrado con nuestro ambiente. La ley que nos rige ha sido la misma a través del tiempo: nacer, crecer, multiplicarse y morir, sin embargo, actualmente el deseo de procreación, es una alternativa más que una moral impuesta.
La vida familiar está presente en prácticamente todas las sociedades humanas, incluso en aquellas cuyas costumbres educativas, sociales y culturales están distantes de las nuestras. Se ha definido al concepto de familia en “la unión más o menos duradera, socialmente aprobada de un hombre, una mujer y sus hijos en un fenómeno universal”, que supone una alianza entre los padres y una filiación hacia los hijos.
Este concepto también ha sufrido sus modificaciones y hoy en día entendemos y decimos que estamos en familia, aunque sea uniparental, es decir, que sólo viva uno de los padres en el hogar.
Se dice familia, aunque este sólo el padre o la madre, porque hayan fallecido, se hayan divorciado, o a su vez, sean padres homosexuales adoptantes, o una madre soltera ya sea por procreación asistida o madre sustituta, también es entendida de tener su propia familia, o ya sea otra forma donde uno de los abuelos dirija al grupo.
El concepto es amplio y cada estilo de familia es válido y valioso en la transmisión de sus valores y conceptos.
El matrimonio une parejas para formar familias y el divorcio separa parejas, pero deja familias que pueden seguir siendo funcionales y adecuadas, donde si los padres logran entender su deseo de paternidad, se vuelven estables y pueden continuar con su rol de padres, aunque cada uno viva en su casa, o vuelva a encontrar otra pareja distinta.
Así se mantiene el concepto de familia nuclear.
El asunto de los roles es otra cosa. Los roles tradicionales para hombres y mujeres actualmente ya no son tan rígidos como lo eran hace algunos siglos, hoy en día vemos con buenos ojos que una mujer realice actividades antes masculinas, y de igual forma ya conocemos hombres que disfrutan de las múltiples actividades antes selectas para las mujeres.
Esta flexibilidad ha ayudado a la integración entre géneros, por lo que criar a los hijos de forma individual permite que cada quien siendo como es, pueda realizar actividades que eran del otro sin que sea inadecuado.
Una mamá puede trabajar y un papá se puede quedar a cocinar y no se está dando un mal ejemplo a los críos. La actual flexibilidad de roles permite una transmisión generacional más amplia, aceptando que un papá haga más cosas y una mamá pueda salir adelante en su vida personal sin confundir sus propios roles.
Finalmente, sólo quería concluir validando esta libertad para concebir a la familia con sus nuevos estilos de ser.
*Las opiniones contenidas en este artículo son responsabilidad del autor.
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