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¿Con quién pasar la Navidad?


Por: Mirentxu Goyenechea

Cuando recién inicias tu matrimonio, no sólo te casas con la persona con la que has decidido compartir tu vida, sino que también estás eligiendo formar parte de la familia de tu cónyuge y ésta de la tuya. Es una elección implícita, no se cuestiona, se da por un hecho, que eres “bien” recibid@ a las costumbres y tradiciones de la familia y así esperan que tú también aceptes estas usanzas.

La relación con las familias políticas es un tema delicado, que puede llegar a poner a prueba la relación de la pareja, muchas veces, en medio de la ilusión del matrimonio, las personas no conversan temas que son fundamentales para una buena convivencia, sobre todo al inicio de la vida en común, cuando comienzan las obligaciones con ambas familias, en donde las maneras de ser, costumbres y gustos, son diferentes a los tuyos; se comparten comidas, reuniones, celebraciones, lo que podría originar en un momento dado diferencias, pero que también puede ser un espacio de oportunidad para relacionarse con ellos La Navidad es una de esas celebraciones en donde con mayor frecuencia propicia el contacto con la familia política y la propia, pero ¿cómo llegar al acuerdo de con quien pasar tan importante fecha? Lo importante es no tratar de arrancar al otro de sus raíces afectivas, ni pretender cambiar su estructura familiar, recordar que antes de haber tenido una pareja tuvo familia. En este sentido, es fundamental estar abiertos, ser sensibles a entender las necesidades, los gustos y las preferencias, colocarnos en el lugar del otr@, y buscar el beneficio común, demostrarán cuánto se valoran, sobre todo en temas tan delicados como el de la convivencia con la familia política, y fechas importantes como este tipo de celebraciones. Que sea un ganar – ganar. El pasar las fiestas en armonía es importante para los dos, y no se trata de que haya un vencedor, sino que se pueda dedicarle tiempo a los padres y suegros por igual, para ambos es importante que se celebren las fiestas con todos, así como aceptar y respetar las costumbres de la familia de tu pareja, intentando disfrutar y vivir de otra manera la Navidad. Como un primer acuerdo sería, si se pasa la Nochebuena con una de las familias, el Fin de Año intercambiar con la otra, así sucesivamente. Cuando la familia es pequeña, invitar a celebrar las fiestas en el propio lugar de la pareja, es cierto que implica más trabajo, pero suele ser un lugar neutro y ambas familias pueden asistir. Evitar hacer críticas o juicios en contra de los miembros de la otra familia, esto podría desencadenar un conflicto y un malestar innecesario. Estar receptivo a que pueda haber cambios en los acuerdos establecidos y la invitación es al diálogo y poder tomar entre ambas decisiones para poder llegar a un equilibrio.

El propósito, es que se puedan aprovechar estas fechas para poder relacionarse mejor con la familia política y en consecuencia la pareja se enriquezca, si estamos más atentos y dispuestos a acompañar a la persona que se quiere, el resultado será favorable apreciando lo que la vida en ese momento te está dando.


Lic. y Pscit. Mirentxu Goyenechea.

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