El ciclo vital es un proceso biológico por el cual pasamos todos los seres humanos, es una predeterminación de nuestra especie para transitar por un periodo de 80 años en promedio actual. El tránsito de estos años no lo hacemos solos, nacemos de una pareja que se relacionó amorosamente para llegar a procrear, y que en el mejor de los casos se comprometieron para formar una familia.
Se pasa del individuo a la pareja, de la pareja a la familia. Es decir, simultáneamente vemos que las personas viven procesos individuales y sociales.
Nos desarrollamos individualmente y al paralelo, estamos todo el tiempo en espacios relacionales.
Cada persona tiene su ritmo de crecimiento individual, donde tiene que enfrentar retos y problemas que se refieren a su adaptación psicosocial. En la mente y en la fantasía de cada uno de nosotros hay un sin número de conflictos, que están ubicado en lo que llamaré el mundo interno de cada quién. Y simultáneamente esa persona tendrá que atravesar por los retos de lo que hay en el mundo externo real donde se encuentran los otros seres humanos que conviven con ese ser como los padres y hermanos, la familia, la escuela, el vecindario y todos los grupos que lo rodean.
A veces se nos presentan crisis individuales, a veces crisis en relación a otras personas. Especialmente en la etapa de hacer y tener pareja.
Uno de los grandes retos en la formación del vínculo de pareja radica en lograr mantener la individualidad, y al mismo tiempo, tener la habilidad para estar con la pareja.
Muchas veces las personas entran en crisis, ya sea porque se derrumbe su mundo interno o porque haya temblores en su mundo externo.
¿Se puede manejar la solución de los conflictos como algo individual? o, estaría bien que se vuelquen las dudas y los miedos individuales sobre la pareja. ¿Y entonces que sucede? Una crisis individual genera otra crisis en la pareja. Y seguramente estarán de acuerdo que es más fácil superar una sola crisis que dos. Y lo mismo podría suceder cuando hay problemas en el espacio vincular de la pareja. Si la pareja está en crisis, se contamina el área individual generando dolor emocional en alguno de los conyugues.
¿Sería posible pensar en que haya un lugar para cada cosa y cada cosa quedara en su lugar? En intentar no mezclar de mas, sino poder diferenciar ¿Cómo pedir ayuda a la pareja para que cada quién resuelva sus asuntos y se logre hacer equipo para resolver lo que es de ambos?
¿Es posible vivir una crisis individual sin tocar a la pareja? y ¿Una de pareja sin romper lo individual?
Me parece que hacer blindajes emocionales y corporales podría ayudar a la pareja a transitar por las múltiples etapas por las que tiene que atravesar durante el ciclo vital natural de la pareja, para que las crisis naturales y las impuestas la hicieran más fuerte y no más débil. Es un estilo de preparación preventiva contra los desastres. En donde podremos incluir las crisis financieras.
¿Tú qué opinas?