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Carolina Grajales Valdespino

¿Hay una edad ideal para iniciar la vida sexual?

Actualizado: 17 ago 2023


La “primera vez” condensa dinámicas y normas sexuales y de género que operan en la construcción social de su sexualidad. Ana Amuchástegui (2001: 138)


Me encantaría pensar que cada persona decide libremente el momento idóneo para iniciar su vida sexual, algo así como la culminación de un sueño lleno de ilusiones, deseos cumplidos y momentos gratos para llegar a un evento maravilloso. Pero resulta necesaria una revisión minuciosa de los aspectos positivos y negativos de tal decisión: considerar la situación propia y de la persona con quien empezar esa etapa tan importante; cada una/uno es diferente y logra la madurez en momentos distintos de su ciclo de vida, por ello proponer una edad mínima es difícil, aunque no es un planteamiento nuevo.


Cuenta la historia que desde el 593 a. C., Safo de Lesbos,poeta, gobernaba a lesbianas y lesbianos en la isla griega de Lesbos, proponiendo los 25 años a las mujeres para iniciar su vida sexual, contrario a la situación de las mujeres de la nobleza, donde se acostumbraba que cuando las niñas empezaban su periodo menstrual, se procedía a establecer los trámites matrimoniales con un hombre, al menos dos generaciones mayor, así que podían emparejarse una niña de 12 con un varón de 38 años. Safo cuestionaba estos enlaces y es famoso su planteamiento de que las mujeres debían saber leer y escribir para trascender en la vida, además de saber usar armas para defender su reino. (Martino y Bruzzese; 2000).


En esta trama, proponer una edad específica no es problema, el problema es que alguien lo tome en cuenta. Muchos factores rebasan los planes de las personas para comenzar su vida sexual con capacidad de elegir, sobre todo en el caso de las mujeres. De acuerdo con datos de la Cámara de Diputados (2018): en México, durante el 2016, 389,585 adolescentes de 15 a 19 años fueron madres. Cabe destacar que el embarazo adolescente no necesariamente es producto de la decisión de la chica, hay infinidad de situaciones que la pudieron llevar a ello, algunas pueden ser: abuso sexual, uso de la fuerza física o moral (esto es que puede haber coacción) y lo predominante es el acceso ineficaz a métodos anticonceptivos, puede que los conozcan, pero o no saben usarlos o de plano los rechazan por diversos prejuicios; también está el influjo del pensamiento mágico de “con una sola vez no me va a pasar nada”… y la misma fuente nos dice que 33% de mujeres y 15% de hombres entre 12 y 19 años no utilizó ningún método anticonceptivo durante su primera relación sexual. De ahí que 7 de cada 10 embarazos adolescentes no son planeados.


Está presente la idea de dar y recibir placer, aunque con consecuencias desiguales para mujeres y hombres, pues quienes se embarazan y abandonan la escuela son ellas. “El análisis de esta dinámica indica que está implícita la relación de poder, concentrada en la masculinidad; y en función de esta el varón pide, exige, propone y consigue; mientras que por su parte la mujer responde y complace.” (Barinas, Indiana; 2012: 129).

Esto corresponde a la educación y socialización donde crecen las mujeres del país, siguiendo prácticas tan cotidianas ahora que sus efectos perjudiciales para las jóvenes futuras madres se han llegado a naturalizar. Según la misma fuente: en 35,358 matrimonios la contrayente era menor de 18 años en el año 2015, lo que constituye la cuarta causa de deserción escolar y la sexta causa de muerte en niñas y adolescentes.

Podemos ver en México que un factor muy importante es la violencia contra las mujeres, un fenómeno estructural que ha estado presente a lo largo de los siglos. Lo reportan como algo cotidiano las canciones, poemas, grabados, dichos y consejas de diferentes épocas. Diversos estudios expresan que la primera relación sexual de las mujeres se da en condiciones de riesgo, en el marco de estereotipos de género ampliamente transmitidos por patrones culturales, acompañados de prácticas sociales específicas que se encargan de reproducir y perpetuar una visión binaria de los géneros como opuestos, donde predomina una relación jerárquica y de poder: lo masculino es superior y lo femenino es inferior, sin discusión. Los usos y costumbres no siempre benefician los derechos de las mujeres.


En un Taller sobre sexualidad y género algunas mujeres recordaron su primera relación sexual con tristeza y dolor, dado que para muchas ese momento no fue grato, pues se dio como producto de una violación sexual por parte de algún varón muy cercano. Una mujer rememoró que vivía con su familia y “un día fue con su abuelo a ver el campo, la llevaba de la mano, luego él se quitó la chamarra y la puso en el suelo, a ella la acostó sobre la misma y la violó”, ella no sabe qué edad tenía cuando esto ocurrió, sólo recuerda que era tan pequeña que cupo completa en la prenda. La escena permanece en su memoria tan viva como dolorosa y hasta muchos años después se enteró que se trató de una violación.


Sugiero prevenir el embarazo adolescente desde la casa. Si seguimos promoviendo la maternidad en las niñas a través del juego y juguetes: si las vemos en las calles y transporte público cargando muñecas y cobijitas… seguro a los 13 años será “normal” un embarazo. Desmontemos aquello de que la única realización de las mujeres es la maternidad y el matrimonio. Promovamos el estudio, el deporte, los viajes, el juego y hablemos de educación sexual y uso de los anticonceptivos, está demostrado que entre mayor información tengan, menos embarazos habrá. Proponemos que las políticas públicas tomen en cuenta estos datos para prevenirlo apoyándose en los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías del internet para favorecer una sexualidad sana y placentera, además incluir información sobre nuevas masculinidades que incluyan a los varones en la responsabilidad que les toca. Dejemos de ser el país campeón en adolescentes embarazadas. Algo hemos hecho incorrectamente, nos toca hacer lo que esté a nuestro alcance para prevenirlo. Es un gran reto para toda la sociedad.


Referencias:

Amuchástegui, Ana (2001). Virginidad e iniciación sexual en México: experiencias y significados. EDAMEX y Population Council. México.

Barinas, Indiana (2012) “Voces de jóvenes. Una aproximación a la realidad juvenil, a partir del estudio del significado y las implicaciones del embarazo en adolescentes, según género y contextos socioculturales en la República Dominicana.”

http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/Voces%20de%20Jovenes%20Parte%204.pdf

Centro de Estudios para el logro de la igualdad de género (2018).

Martino, Guilio y Bruzzese, Marina (2000). Las filósofas. Las mujeres protagonistas en la historia del pensamiento. Ediciones Cátedra. Madrid. España.


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