El cuidado de la higiene en los órganos genitales de la mujer debe diferenciarse de la higiene sexual, aunque se pueden englobar en el mismo tema. En este aspecto, es la madre quien convencionalmente guía a la hija en la práctica y en la resolución de dudas. Dejar a un lado la pena y la total apertura sobre las dudas que surjan son la mejor opción para que estas medidas preventivas tengan buenos resultados.
El aseo más importante es el aseo con agua limpia y jabón (neutro) durante toda su vida, desde la infancia hasta la vejez. Este debe iniciarse desde la implantación del clítoris, en la parte superior de los genitales; pasando por el centro, hacia los lados de los pliegues de los labios mayores y menores; terminando en el introito vaginal.
Es importante practicar este proceso de limpieza al orinar y defecar. Nunca de atrás hacia adelante ya que se contaminarían el introito vaginal y vulva, provocando infecciones en la zona. También es recomendable vaciar la vejiga antes de tener relaciones sexuales y después de ellas, aplicando el tipo de limpieza sugeridos anteriormente.
La mucosa interna y el canal del parto tiene su protección propia en las recién nacidas, por el grado de acidez existente durante esta etapa de vida. En la adolescencia y madurez, esta mucosa tiene cambios fisiológicos de acuerdo al ciclo hormonal (mensual) y terminando con la regla (menstruación), por lo cual no debe usarse ningún lavado de aplicación intravaginal con substancias que no estén indicadas por el médico.
Líquidos, aerosoles, pomadas, óvulos, etc. pueden romper el equilibrio de la flora normal, existente en la mucosa vaginal o canal del parto, provocando la disminución o carencia de bacilos de Doderlein y Lactobacilos, encargados de proteger esa zona. La limpieza en estos días debe de ser continua: cambiar la toalla sanitaria frecuentemente según el flujo sanguíneo.
Las infecciones ginecológicas más frecuentes son por tricomonas, hongos, gardenerella, cocos; si algunas de estas se combinan provocan lo actualmente llamado vaginosis bacteriana, con valor de enfermedad. Al bajar el nivel de protección por la entrada de estas bacterias, el PH vaginal cambia, permitiendo el desarrollo de estas infecciones.
Al hablar de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), nos estaríamos refiriendo a: sífilis, herpes, gonorrea, clamidia, molusco contagioso y úlceras genitales… las más peligrosas son el Virus de Papiloma Humano (V.P.H.) y el Virus de Inmunodeficiencia Humana (V.I.H).
Otro factor en la aparición y desarrollo de estas infecciones es la calidad de ropa que se use, para aminorar el riesgo se recomienda:
• Usar pantaleta de algodón o con arco de algodón en la zona de los genitales.
• Evitar el nylon o poliéster en esta zona.
• Poco uso de pantalones ajustados e hilo dental.
• Cambiarse el traje de baño húmedo a la mayor brevedad.
Todas estas indicaciones seguro ayudarán a prevenir cualquier problema infeccioso y a mantener la salud genital.
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