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Adolfo Amescua

Juegos y juguetes sexuales.


El nombre de juegos sexuales se queda corto al llamarlos así, ya que los besos, caricias y contacto de la piel es algo muy serio, necesario e importante dentro de la naturaleza del ser humano. Esto es un complemento de cuerpo y espíritu cuando se trata de la relación entre dos personas.

Los llamados juegos sexuales se pueden comparar a la satisfacción que proporciona el acto de comer, beber, etc. Su carencia provoca diversos problemas orgánicos y psicológicos por lo cual es necesario manejar estos juegos dentro de la sexualidad humana para un buen equilibrio.

Los juguetes sexuales son ciertos implementos que se pueden utilizar dentro del erotismo provocando excitación y satisfacción.

En el caso de las mujeres se usan consoladores o vibradores semejando penes de diversos materiales, formas y tamaños para una satisfacción propia sin necesidad de una pareja.

En el caso de los hombres, y con el mismo fin, se utilizan muñecas inflables imitando mujeres de todas las razas con características propias. Algunas de ellas con llenado de agua a temperatura corporal y algunos cambios anatómicos para satisfacción del usuario.

Dentro de una relación de pareja, existen características de tipo sádico masoquista como por ejemplo el uso de látigo o amarres, así como fetiches, tipo de ropa y cierta estimulación dolorosa para provocar deseo y excitación. En este caso existe una parte dominante y otra receptiva, o sometida, así como también pueden ser dos partes dominantes.

El uso de aceites, pomadas, esencias, duchas, etc. es muy común.

El éxito reside en la comunicación para encontrar qué tipo de juego, sustancia o implemento se prefiere y asì estimular los puntos eróticos más importantes en la pareja, como son los genitales, boca, lengua, glándulas mamarias, cuello, tobillo, etc. y algunos que pueden ser extras y diferentes en cada persona.

Se ha dicho que en la guerra y en el amor “todo se vale”, siempre que no se incurra en transgredir la libertad de la pareja. El respeto a las inhibiciones del otro es esencial para tener un buen juego sexual.



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