En lo que toca al ginecólogo en su experiencia del amor, sus ventajas son muchas, pues él cuida el proceso de evolución de una nueva vida engendrada generalmente por amor. Asimismo, puede ayudar a que el proyecto de ser padres se lleve a cabo y así ser parte de él.
En casos de embarazos no deseados, el ginecólogo es muy importante para ayudar a sus pacientes a que el sentimiento del amor por el bebé que viene vaya acrecentándose, haciendo hincapié en el haber tenido la capacidad de crear una nueva vida, y hacerse responsables de ella.
Esta especialidad conlleva una mayor relación amorosa del médico con la pareja o con la madre, que va creando un lazo de confianza muy importante y que va más allá de la atención médico clínica institucional. Un buen ginecólogo logra tener una relación más íntima con la pareja por la responsabilidad que implica ser parte de que el embarazo llegue a un buen término y estar siempre a disposición de la madre o mujer que lo requiera.
Él es el que maneja en gran parte la intimidad de la mujer, por lo que el amor es indispensable. Por otro lado él puede ser de gran ayuda con pacientes durante y después del embarazo que sufran de depresión o angustia así como con los cambios de vida que tendrá la pareja, al convertirse en padres, fungiendo como maestro y concejero. El ginecólogo atiende a la mujer desde la adolescencia, edad madura, climaterio y menopausia, así como también en su vejez, muchas veces.
De aquí la importancia de tener un ginecólogo particular al que se le tenga la debida confianza para llegar a tener una buena identificación con él.