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Las alternativas en el ciberespacio.


¿Has oído hablar del concepto de sexting? Hay quienes lo escriben como sexthing, que significa cosas de sexo, pero la forma correcta es sexting.

Se refiere a la pornografía interactiva. Los jóvenes ahora gustan de posar desnudos o semidesnudos para tomarse fotografías que después envían a sus amigos y enemigos en las redes sociales y en el internet. Muchas veces hacen fotomontajes de las mismas fotos y suelen exponerse con características falsas pero que impresionan a los que las miran.

También suele ser una manera de agredir o hacer bulling sobre otra persona, entonces si alguien desea exponer a sus enemigos, o hacerles cierto tipo de fama o chisme, puede enviar una de estas fotos al ciberespacio sin que el fotografiado se entere. Mientras los que las reciben disfrutan de imágenes sensuales que suelen dejar al voyerista (EL QUE MIRA) muy excitado.

Es un estilo directo de provocación o seducción, ya sea entre personas del mismo sexo o del sexo contrario. Entre niños y adultos, entre cualquiera que tenga posibilidades de comunicación virtual.

El manejo de la tecnología ha generado alternativas personales para recibir y enviar información en los celulares, computadoras y todo tipo de posibilidades de recepción virtual, que ha invadido nuestras vidas, a veces para bien y a veces para mal. La información en línea se ha desarrollado más allá de lo que podemos imaginar y pararlo, es imposible. O nos actualizamos, o nos quedamos fuera del desarrollo. O aceptamos los nuevos estilos de comunicación virtual o nos quedamos en la comunicación del siglo pasado. Así que no hay alternativa, tenemos que estar cerca de lo que es la nueva era cibernética y buscar cómo aprovechar las oportunidades que nos ofrece.

Entonces, no se trata de no participar, o de categorizar y criticar si está bien o está mal, simplemente hay que estar. Aprender a usar un filtro personal para evaluar que de lo que las redes ofrecen es bueno para nosotros.

En los ciberespacios hay múltiples posibilidades de conocer gente nueva, alguna buena, alguna mala, alguna sensual, alguna infiel y alguna buscando pornografía.

Es posible hacer una cita con una persona que uno no conoce, es posible saber las cosas más íntimas de otros. Nos invita a poder comunicarnos de una forma diferente, escribiendo lo que pensamos, lo que sentimos sin tener que hablar, sin tener que ponerles tonos a las palabras, podemos leer varias veces lo que escribimos para hacernos más responsables de lo que expresamos pues se puede revisar todas las veces que uno desee. Y claro, la comunicación parece personal, pero si el receptor lo desea podrá enviar lo recibido a todas las direcciones que tiene en su lista de contactos y no habrá más secretos. La información se expande queramos o no.

Es un espacio abierto que puede ser visto por otros, y por lo tanto si alguien desea ser infiel sabe que el ciberespacio es público, y si no la sabe, pues está en un error.

No hay límites a las fantasías. Las personas que participan en estas formas de comunicación, son emisores que no siempre están viendo a los receptores, por lo cual se pueden desarrollar muchas ideas falsas en relación a lo que no se ve. Es un espacio privilegiado para generar fantasías que tienen que ser desenmascaradas. Las fantasías si son propias y pueden quedarse en el espacio psíquico, pues esa información si es privada.

El sexo virtual se convierte en una alternativa, ¿se llamaría infiel a alguna persona que estando casada se excita y obtiene placer sexual desde su computadora? ¿Es infiel aquel que abre páginas de pornografía y busca excitación fuera de la cama conyugal? No estamos hablando de amor ni de compromisos, sino de descargas personales y solitarias.

La información puede ser seleccionada y aquellos que deseen buscar pornografía virtual o sexting, lo van a encontrar. Si alguien requiere de buscar una pareja, la va a encontrar navegando, y si alguien desea ser infiel a su cónyuge usando la computadora, lo va a hacer. Los límites están en los valores y compromisos de las personas, no en las líneas ni en la computadora. Por eso, la definición de infidelidad virtual es para mí dudosa, porque la infidelidad requiere de juntar dos cuerpos, dos almas, no dos computadoras.



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