Si frecuentemente le haces a tu pareja preguntas como: ¿Con quién estuviste?, ¿Quién te llamo?, ¿A qué hora saliste?, ¿Por qué te arreglas tanto? o tienes conductas como revisar sus pertenencias: celular, cartera o bolsa, ropa, etcétera. Este artículo será de tu interés…
Cuando un bebé nace depende en gran medida de los cuidados y atenciones que le brinda su madre resultado de que no cuenta con los recursos para cuidar de sí, esto lo coloca en un estado de indefensión. Siendo su eje central como proveedora de alimento, higiene y sobre todo su fuente de amor y seguridad, la madre se convierte en la base para futuras interacciones.
Con la llegada de un hermanito, el regreso al mundo laboral o la presencia del padre, ésta relación madre-bebé deja de ser privilegiada o preferencial, y es entonces cuando el niño descubre que hay otras cosas a parte de él para la madre, condición que despertará una emoción cuyo objetivo principal será el recuperar el cariño de esa figura que siente en peligro de perder, dicha emoción recibe el nombre de “celos”.
Y es así como un tercero puede subsistir en los recuerdos o mejor dicho en las fantasías inconscientes de una persona desplazándose a las relaciones que establezca en etapas posteriores como son las de pareja en donde simbólicamente la pareja será el sustituto de su primera figura de amor.
Al igual que cualquier emoción, los celos juegan un papel adaptativo, es decir, son producto de la propia existencia y dentro de ciertos límites no deben producir inquietud alguna. En contraste cuando una persona sufre por no lograr contener o controlar estos sentimientos podemos especular que desarrolló una personalidad insegura o dependiente emocionalmente, con gran necesidad de estima, un pobre auto concepto, carente de habilidades sociales y una tendencia a demandar ser querida con exclusividad siendo egoísta y desconfiada.
Lo antepuesto es una descripción general de las características que a nivel de personalidad frecuentemente aparecen en personas celosas. Por ende, los celos evocan un sentimiento que nace como consecuencia de una desmedida ambición por tener algo o a alguien de forma exclusiva y el miedo ante la posibilidad de perder eso que se cree o se debiera poseer ponen a la persona en un estado de profundo malestar, el cual se liga a un sentimiento de enojo y tristeza.
Derivado de estos sentimientos la persona orientará todos sus esfuerzos a controlar a su pareja a través de interrogatorios, revisión de objetos personales como mensajes en el celular, cuenta de correo electrónico o limitarle la manera en la que viste, el tipo de personas con las que interactúa (círculos sociales en los que se desenvuelve) y cualquier cosa que implique una probable situación que detone o derive en una infidelidad -real o imaginaria- de su pareja.
Es entonces cuando la relación de pareja empieza a sufrir una afectación ya que la persona celosa está más atenta en demostrar cualquier sospecha, que de disfrutar la relación y el que padece la conducta celosa empieza a sentirse incómodo, enojado, culpable y sin saber qué hacer.
El tener claro que una pareja es una persona libre y no una propiedad que se adquiere al momento de iniciar una relación, es algo que a veces se pierde de vista y ello permite que una persona infiera que la pareja está a su disposición y sólo vive para ella.
Ahora bien, es necesario saber que existen tres tipos de celos y el conocer las diferencias puede ayudar a tener una idea para identificar si se cae en alguno de ellos. A continuación, describo brevemente cada uno:
Pasionales. - Surgen de la inseguridad de perder a la persona querida y de la envidia de que ésta puede ser disfrutada por otra persona. Estos son hasta cierto punto, naturales ya que la persona no pierde por completo su capacidad de juicio crítico.
Obsesivos. - Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos mentales que invaden reiteradamente en la actividad mental de la persona, de forma involuntaria y que, al ser percibidos como amenazantes y carentes de sentido, provocan una ansiedad y malestar muy grandes por lo que está fuera del control de la persona.
Delirantes. - En este tipo de celos hay un convencimiento delirante y erróneo que se crea en la persona a partir de su interpretación de la realidad externa y que lleva a dar por hecho cualquier idea a pesar de la evidencia y demostración en contra y que tiene un origen patológico.
A mí consideración los tres ejes que ayudan a una relación para que sea sólida, tenga un crecimiento y madure cualquier adversidad son: el respeto, la confianza y la comunicación. Estos elementos pueden favorecer la seguridad en una persona que padece cualquier tipo de celos, no obstante, si pasas por una situación en donde los celos estén afectando tu vida en pareja, lo más recomendable es trabajar para fortalecer tu autoestima, evitar inferir cosas, aprender a decir las cosas de manera explícita en cuanto a lo que quieres o sientes, o bien tener la apertura para pedir ayuda de un profesional.
El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta.
Jacinto Benavente
*Las opiniones contenidas en este artículo son responsabilidad del autor.
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