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¿Me educa mi mamá, me maleduca mi abuela?


Por: Marisol Ariana Aguilar

Hoy en día, la situación en la que estamos viviendo, muchas veces exige que las madres tengan la necesidad de trabajar para apoyar a su esposo o en muchos casos, son ellas quienes mantienen a su familia, por tal motivo, es más frecuente que pasen menos tiempo al cuidado de sus hijos, requiriendo que terceras personas ejerzan el rol materno; y una de esas personas, la mayoría de las veces son las abuelas.

Cuando esta situación se da, comienzan a presentarse diferencias en cuanto a la educación de los hijos, lo cual no debe de sorprendernos ya que la manera en la que los abuelos fueron educados, actualmente difiere mucho de cómo los padres están educando a sus hijos.

Tomando en cuenta ello, pueden ocurrir dos cosas, la primera es que ambas opiniones sobre la educación estén en sintonía, es decir, que haya un acuerdo entre padres y abuelos sobre cómo se va a educar al niño, coincidiendo en el establecimiento de límites, reglas en casa, etcétera; sin embargo, por el otro lado puede ser que ambos puntos de vista difieran considerablemente y generen en el niño confusión que repercuta en su comportamiento. En el primer caso, una de las cosas más importantes que debe existir es una comunicación fluida y directa entre los padres y abuelos, esto con el objetivo de que puedan intercambiar puntos de vista y que lleguen a un acuerdo en la manera en que se va a educar a los hijos y evitar que existan confusiones en cuanto a lo que pueden o no hacer los niños mientras están al cuidado de los abuelos. Así mismo, cuando los involucrados en la crianza de los hijos se mantienen siguiendo una misma línea de trabajo, a los niños les da seguridad y confianza, brindándoles un espacio contenedor en donde se sienten cómodos y felices.

Considero que es muy importante que los padres asuman la responsabilidad de marcar los límites necesarios a los abuelos, con respecto hasta que punto ellos van a intervenir en la educación de sus hijos, es decir, qué cosas les van a permitir llevar a cabo y cuáles exclusivamente corresponden a los padres hacer. Se debe tomar en cuenta, que algunas veces, son los mismos padres quienes tienen dificultad en la manera de educar a sus hijos, delegando toda la responsabilidad a los abuelos y ellos terminan jugado un rol de figuras tanto contenedoras como de autoridad que afectan positivamente en su desarrollo.

Ahora bien, considero que uno de los aspectos más importantes en la crianza de los hijos, es que en la medida en que los padres asuman su rol de figuras paternas y de autoridad, va a tener un efecto directo en los abuelos, los cuales también los van a percibir en ese rol y por consiguiente pueden transmitírselos a los hijos para que ellos los perciben de la misma manera y les quede muy claro qué papel juegan sus padres y abuelos en su vida diaria. Tomando en cuenta lo expuesto anteriormente, en el segundo caso, los abuelos pueden aprovechar dicha situación para corregir y reparar sus errores como padres, haciéndolo a través de la educación de sus nietos, llegándolos a consentir y a sobreproteger. Así mismo, puede presentarse que ante la mala relación que pueden llegar a tener los padres con los abuelos, éstos busquen imponer su voluntad, anulando la autoridad de los padres, creando en los niños confusión, la cual puede manifestarse en la presencia de conductas inadecuadas como berrinches, que no sigan normas, que reten a la autoridad, etc.

La ausencia de una comunicación directa entre padres y abuelos, considero que es la base de que se presenten los anteriores problemas, dando pie a que los padres piensen que los abuelos son quienes maleducan a sus hijos; sin tomar en cuenta que son ellos en quienes recae principalmente su educación y qué tanto los abuelos se involucran en dicha situación.

Dar respuesta a la pregunta, ¿Me educa mi mamá, me maleduca mi abuela? no es una tarea sencilla ni considero que tenga una sola respuesta, como lo expuse anteriormente, intervienen muchos factores que se deben de tomar en cuenta para poder afirmar o negar dicho planteamiento. Creo que es de vital importancia que exista una buena comunicación entre las figuras involucradas en la crianza de los hijos para transmitirles confianza, seguridad y sobre todo consistencia en cuanto al establecimiento de límites y reglas en casa.


Mtra. en Psicoterapia Marisol Ariana Aguilar

Especialista en niños

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