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¿Qué hacer si mi cónyuge quiere cambiar de sexo?


Si una persona expresa el deseo de ser de un genero distinto del que se le asigno al nacer, hasta hace algunos años era motivo de considerarlo con un trastorno mental grave. ¡Está loco¡, era considerado una persona inadaptada, y se pensaba en ayudarlo; quitándole esas ideas o “ayudarla” a comportarse y conformarse de acuerdo a lo que “debía de ser”.

Al nacer se miran los genitales y se determina; es un niño o es una niña. Cuando alguien le pedimos que se describa; generalmente lo primero que dirá es su nombre, que generalmente ya tiene una connotación de pertenecer ya sea al género masculino o femenino. En seguida afirmara: soy hombre o soy mujer. En nuestra cultura apenas a principios de los 1900 con el fin de proteger la virtud de las mujeres y mantener esferas y actividades separadas de hombres y mujeres se estableció la separación de baños públicos diferenciados para hombres y mujeres lo cual se instituyo legalmente en los Estados Unidos. Baños de uso exclusivo de los blancos.


Lo cual paso a ser una experiencia “natural” en nuestra cultura.


Sin embargo, hay personas que nacen con ambigüedad de genitales, es decir que a simple vista no puede decidirse si sus genitales se conforman como pene o vagina o incluso tienen ambos, a quienes medicamente se les denomino estados Intersexos, causados genéticamente o por influencias hormonales intrauterinas. Los procedimientos médicos consistían en intervenciones tanto hormonales como quirúrgicas se trataba de conformarlos lo más posible al género que su anatomía atípica podría permitirlo.


Hoy en día gracias a la ideología de género se reconoce que las mujeres, tienen el derecho de realizarse en intereses diversos y no solo, el destino de casarse, criar hijos y dedicarse a los quehaceres del hogar. Así una mujer sin demerito de su feminidad hoy puede ir a la universidad, puede votar, ocupar cargos públicos, y ejercer muchas actividades anteriormente reservadas a los varones. Asimismo, hoy pueden decidir con quien casarse, decidir divorciarse si no están conformes con su matrimonio, tener libertad sexual sin el riesgo de embarazo gracias a los anticonceptivos, e incluso decidir una vida de realización sin obligatoriamente tener que ser madre.

Es decir, de una conformación homogénea del siglo XIX y mediados del siglo XX, pasamos a la diversidad de posibilidades individuales, en donde cada persona puede decidir por sí misma el derrotero de su vida. Así, es cómo fue posible que minorías que han existido siempre ahora sean visibles y se reconozca que tienen derecho de elegir sobre su propia vida sin coacción alguna.

Ello ha hecho posible que personas sin ninguna alteración anatómica, que al nacer por sus genitales les fue asignado el género de hombre o mujer, psíquicamente por diversas razones no puedan identificarse y sentirse bien con su género asignado y desde su temprana infancia se sientan y deseen ser de otro género, expresado en afirmaciones como “ser una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre” y transformarse en el género que desean. A quienes coloquialmente se ha denominado comunidad trans.


Hasta hace unos años los esfuerzos de ayuda estaban orientados a convencerlos de conformarse a su sexo anatómico, generalmente con pobres resultados.


Los protocolos médicos se han modificado sustancialmente, anteriormente si una persona deseaba cambiar de sexo, se le obligaba a llevar una terapia psicológica y una observación psiquiátrica de dos a tres años, posteriormente se le conminaba a vestirse y llevar una vida conformada al otro género y más adelante se incorporan tratamiento hormonal para cambiar sus caracteres sexuales secundarios y finalmente se aprobaba la reasignación quirúrgica genital y completar la transición.


Hoy en día el consenso internacional, de acuerdo a los mejores resultados para el bienestar del individuo, es una intervención temprana, ya que estas manifestaciones generalmente se encuentran desde la temprana infancia y regularmente son objeto de agresiones, humillaciones y violencia. Por ello una vez que se detecta se indica una intervención en la preadolescencia o adolescencia con tratamiento hormonal que la persona asuma el género deseado tempranamente y por último la reasignación quirúrgica si así se decide, no siendo este último paso imprescindible. Logrando así la conformación más adecuada para el bienestar y vida satisfactoria de estas personas.

Así, por ejemplo, una mujer Trans sería una persona que nace con pene, aspira y hace todo lo necesario por constituirse mujer, psíquica y socialmente, logrando con esfuerzo sentirse psíquicamente como tal, utilizando toda la tecnología para el efecto, ya sea que incluya reconstitución quirúrgica de genitales para alcanzar la transformación corporal o no, y se comportara socialmente como tal (femenina). Para posteriormente tener una elección ya como mujer constituida; un partener sexual ya sea mujer biológica u hombre biológico o transgénero hombre o transgénero mujer con transformación quirúrgica o no. Pero este no es el único caso también existen entre otras condiciones: personas bigénero que tienen características de ambos sin definición, quienes gustan de vestirse del género contrario, mujeres que quieren transformase en hombres, hombres que quieren transformarse en mujeres, de ellos quienes desean una reasignación quirúrgica y quienes no la desean que solo desean transformar su comportamiento e identidad, preservándose anatómicamente, aquellas personas andróginas que pueden vestirse y conformarse a conductas alternativas masculinas o femeninas o una mezcla de ambas no bien definidas y otras.


Volviendo a la pregunta inicial, que hacer si mi cónyuge quiere cambiar de sexo, informarme del tema, hablarlo francamente con él o ella buscar ayuda profesional de expertos en el tema y tomar decisiones conjuntamente de manera informada.


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