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Renunciando a la venganza.


El perdón ¡qué palabra tan difícil de decir! pero sobretodo difícil de llevarla a la acción. Cuando alguien que amas te traiciona, te miente, se genera una herida a veces irreparable, imposible de olvidar, provocando sentimientos tan primitivos como: Resentimiento, indignación, enojo contra el otro por lastimarte, pero también contra ti mismo por no haber visto las señales.

Perdonar significa tomar una decisión consciente de renunciar a la venganza, al reclamo, pero, sobre todo, lo más complicado es volver a confiar en que no va a volver a suceder en un futuro, que la relación se pueda reparar.

Pero, por otro lado, perdón no es olvidar, es un asunto delicado y muy complicado de efectuar, puesto que en ocasiones tenemos que perdonar, somos humanos y también tenemos que pedir perdón, hay que ser humildes, pero cuando la ofensa traiciona tus juicios de valor, entonces ¿Qué hacer? ¿Cómo volver a creer? ¿Cómo dejar de sentir desconfianza y resentimiento? Estas son algunas de las interrogantes que surgen y la decisión sólo tú la puedes tomar, nadie te puede forzar. Si esa persona afecta tu auto respeto, tus creencias y tu estilo de vida, la puedes perdonar de corazón y no necesariamente continuar en el camino de la vida juntos.

Es importante tomar en cuenta que el perdón que es para ti, para tu paz interior, no para el que te ofendió. Nadie merece tu odio y tu resentimiento y menos una persona que te lastimó. Hay que aprender a soltar, tratar de no controlar lo incontrolable y dejar ir. Continuar tu camino con un corazón puro, ya que si no perdonamos vivimos con el corazón lleno de veneno, con sentimientos tóxicos de venganza y no hay lugar para la alegría, el crecimiento y la felicidad.

Es complicado, pero la única manera de verdaderamente perdonar es a través de la aceptación total de lo que sucedió, si vivimos negando “no debió de ser así” “es injusto” “hubiera”, nos enredamos y sufrimos mucho más de lo que en realidad nos lastimaron. Tampoco nos podemos obligar a aceptar, pero es algo que podemos practicar todos los días hasta lograrlo. Por lo tanto, es importante para poder lograr un perdón genuino conocer lo que realmente sucedió, sin asumir nada, para poder comprenderlo antes de perdonar.

Perdonar es aceptar de manera radical, es dejar de hacer berrinche, es aceptar con tu mente, tu corazón y tu cuerpo. Dejar de pelear con la realidad, aunque la realidad no es como te gustaría que fuera. No podemos cambiar el pasado, ni el presente porque mientras lees esto ya pasó tu presente y el futuro tiene sus limitantes.

Recuerda que perdonar no es aprobar el hecho, más bien es compasión, es amor a ti mismo, a llevar una vida que valga la pena ser vivida. Atrévete a vivir perdonando y perdonándote a ti.

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