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Treintañera y soltera: ¿por qué no tienes novio?


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Hay solteras tan ocupadas en lograr sus sueƱos y alcanzar retos cada dƭa, que el tiempo no les alcanza para sufrir o deprimirse.

La pregunta que da tĆ­tulo a esta reflexión, aun hecha con muy buena intención, puede resultar incómoda para una mujer que se siente muy bien haciendo lo que le gusta y luchando por conseguir sus metas y proyectos, implicando esto permanecer soltera. Quien cuestiona puede hacerle pensar a la interrogada que siente pena por ella por no tener quien la quiera o a quien querer, o que es egoĆ­sta por no compartir con alguien, entre mĆŗltiples nociones. Se antoja decir: ā€œpiensa antes de preguntarā€.

En ciertos Ć”mbitos todavĆ­a predomina la idea de que una soltera es una mujer incompleta, donde el argumento es ā€œla soltera aguarda, aguarda, aguarda, (…) y sonrĆ­e ante un amanecer sin nadieā€ (Castellanos, Rosario; 2004), lo cual resulta deprimente y hasta pesaroso. Ante tal panorama lĆŗgubre, sostengo que estar soltera no siempre significa estar sola, ni requiere un trato compasivo, pues no estĆ” enferma, ni defectuosa, tan sólo no se ha casado.

Hoy en día, la soltería femenina ha crecido como nunca antes y va en aumento en el mundo. Pese a la proliferación de embarazos adolescentes en nuestro país, las mujeres tienden a casarse o emparejarse a mayor edad; ha crecido el número de divorcios; día con día mÔs mujeres son jefas de familia, tienen ingresos propios y las viudas lo piensan mucho para volver al matrimonio. Así que hay solteras de todas las edades.

Con este escenario, las mujeres que eligen la solterĆ­a marcan la diferencia. No es lo mismo ā€œtenerā€ que vivir sola a tomar la decisión de vivir sola, aunque parezca igual. Una puede vivir con el estigma de ā€œsolteronaā€ y la otra… simplemente es soltera. Esto Ćŗltimo supone construir un proyecto de vida propio, lo cual requiere planear la realización personal y laboral; tener objetivos, anhelos, pasiones y posibilidades de cumplirlas.

Por supuesto habrĆ” momentos de soledad y como sociedad se nos enseƱa a rechazarla, cuando puede aprovecharse como un momento de introspección y crecimiento. Puede haber tristeza… y tambiĆ©n alegrĆ­a, felicidad, placeres; poder disfrutar la posibilidad de ser libre, trabajar, viajar, vivir en plenitud y relacionarse con amistades, familiares, amigos…

Algunas solteras viven situaciones molestas cuando asisten solas a alguna fiesta o evento y no faltan las preguntas o recomendaciones incómodas; a otras les preocupa competir con el reloj biológico si hay planes de maternidad. Todo esto depende de aspectos específicos que atañen a cada mujer en un cierto momento de la vida. Pero ¿por qué es tan difícil aceptar la soltería femenina?

Porque se conservan polvos de otros tiempos y se considera que lo ā€œnaturalā€ es que las mujeres estĆ©n protegidas por un marido. Aunado a que las niƱas en el mundo occidental, todavĆ­a crecen escuchando y viendo cuentos infantiles principescos y celebrando fiestas importantes vestidas de princesas y siendo coronadas.

La fantasía de princesas salvadas por gallardos y valientes altezas, estÔ mÔs vigente de lo que pensamos. Por ello, algunas mujeres, dentro de lo mÔs profundo de su ser, aún albergan (quizÔ sin reconocerlo), la esperanza de su llegada; sino montado en un corcel blanco, quizÔ en un transporte mÔs terrenal o hasta a pie.

Los sueƱos de encontrar un personaje de la realeza se refuerzan con las historias de ciudadanas comunes convertidas en reinas o princesas como Letizia de EspaƱa, MĆ”xima de Holanda, Kate de Gran BretaƱa, sin olvidar a la mĆ­tica Diana y hasta en las pelĆ­culas de ciencia ficción como ā€œStars Warsā€, sigue habiendo princesas. Pero la realeza es tan pequeƱa que no hay grandes posibilidades de conocerles.

Así que ya es tiempo de cambiar los relatos infantiles y darse cuenta que ser soltera en una sociedad capitalista, se relaciona con independencia, proyectos, dinero y revisar retos frente a la cuestión monetaria. Imprescindible tener un empleo para contar con ingresos mensuales propios; aprender a comprar de forma mÔs eficaz; ahorrar, hacer planes de retiro y prospectar tu futuro vía fondos de inversión con una estrategia de largo plazo. Así como reconocer que los pagos de las tarjetas de crédito, de ese auto o departamento que te quieres comprar, no habrÔ varita mÔgica, ni alguien de la realeza o la herencia de algún pariente lejano que venga a pagarlos. Sólo tú estÔs aquí para pagar y planear cómo hacerlo.

Entonces, Ā”bienvenida a la realidad! Entre mĆ”s rĆ”pido te organices, menos deudas e intereses habrĆ” de por medio. AsĆ­, mientras llega ese personaje gallardo, habrĆ” que trabajar para sugerirle cómo organizar el reino. Y si no llega… pues da lo mismo, tienes tantos desafĆ­os por cumplir. AsĆ­ que treintaƱera, soltera y feliz, podrĆ”s decir a voz en cuello ā€œno, no tengo novio, todavĆ­a no se presenta el elegidoā€ y mientras puedes viajar por el mundo, realizar tus anhelos y ā€œvivir feliz para siempreā€, como dice el nuevo relato que estĆ”s construyendo.

Referencias bibliogrƔficas:

(*) Rosario Castellanos (2004). Poesía no eres tú: Obra poética 1948-1971. 4ª. Edición. Fondo de Cultura Económica. México.

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