Treintañera y soltera: ¿por qué no tienes novio?
- Carolina Grajales Valdespino
- 21 feb 2022
- 3 Min. de lectura

Hay solteras tan ocupadas en lograr sus sueƱos y alcanzar retos cada dĆa, que el tiempo no les alcanza para sufrir o deprimirse.
La pregunta que da tĆtulo a esta reflexión, aun hecha con muy buena intención, puede resultar incómoda para una mujer que se siente muy bien haciendo lo que le gusta y luchando por conseguir sus metas y proyectos, implicando esto permanecer soltera. Quien cuestiona puede hacerle pensar a la interrogada que siente pena por ella por no tener quien la quiera o a quien querer, o que es egoĆsta por no compartir con alguien, entre mĆŗltiples nociones. Se antoja decir: āpiensa antes de preguntarā.
En ciertos Ć”mbitos todavĆa predomina la idea de que una soltera es una mujer incompleta, donde el argumento es āla soltera aguarda, aguarda, aguarda, (ā¦) y sonrĆe ante un amanecer sin nadieā (Castellanos, Rosario; 2004), lo cual resulta deprimente y hasta pesaroso. Ante tal panorama lĆŗgubre, sostengo que estar soltera no siempre significa estar sola, ni requiere un trato compasivo, pues no estĆ” enferma, ni defectuosa, tan sólo no se ha casado.
Hoy en dĆa, la solterĆa femenina ha crecido como nunca antes y va en aumento en el mundo. Pese a la proliferación de embarazos adolescentes en nuestro paĆs, las mujeres tienden a casarse o emparejarse a mayor edad; ha crecido el nĆŗmero de divorcios; dĆa con dĆa mĆ”s mujeres son jefas de familia, tienen ingresos propios y las viudas lo piensan mucho para volver al matrimonio. AsĆ que hay solteras de todas las edades.
Con este escenario, las mujeres que eligen la solterĆa marcan la diferencia. No es lo mismo ātenerā que vivir sola a tomar la decisión de vivir sola, aunque parezca igual. Una puede vivir con el estigma de āsolteronaā y la otra⦠simplemente es soltera. Esto Ćŗltimo supone construir un proyecto de vida propio, lo cual requiere planear la realización personal y laboral; tener objetivos, anhelos, pasiones y posibilidades de cumplirlas.
Por supuesto habrĆ” momentos de soledad y como sociedad se nos enseƱa a rechazarla, cuando puede aprovecharse como un momento de introspección y crecimiento. Puede haber tristeza⦠y tambiĆ©n alegrĆa, felicidad, placeres; poder disfrutar la posibilidad de ser libre, trabajar, viajar, vivir en plenitud y relacionarse con amistades, familiares, amigosā¦
Algunas solteras viven situaciones molestas cuando asisten solas a alguna fiesta o evento y no faltan las preguntas o recomendaciones incómodas; a otras les preocupa competir con el reloj biológico si hay planes de maternidad. Todo esto depende de aspectos especĆficos que ataƱen a cada mujer en un cierto momento de la vida. Pero Āæpor quĆ© es tan difĆcil aceptar la solterĆa femenina?
Porque se conservan polvos de otros tiempos y se considera que lo ānaturalā es que las mujeres estĆ©n protegidas por un marido. Aunado a que las niƱas en el mundo occidental, todavĆa crecen escuchando y viendo cuentos infantiles principescos y celebrando fiestas importantes vestidas de princesas y siendo coronadas.
La fantasĆa de princesas salvadas por gallardos y valientes altezas, estĆ” mĆ”s vigente de lo que pensamos. Por ello, algunas mujeres, dentro de lo mĆ”s profundo de su ser, aĆŗn albergan (quizĆ” sin reconocerlo), la esperanza de su llegada; sino montado en un corcel blanco, quizĆ” en un transporte mĆ”s terrenal o hasta a pie.
Los sueƱos de encontrar un personaje de la realeza se refuerzan con las historias de ciudadanas comunes convertidas en reinas o princesas como Letizia de EspaƱa, MĆ”xima de Holanda, Kate de Gran BretaƱa, sin olvidar a la mĆtica Diana y hasta en las pelĆculas de ciencia ficción como āStars Warsā, sigue habiendo princesas. Pero la realeza es tan pequeƱa que no hay grandes posibilidades de conocerles.
AsĆ que ya es tiempo de cambiar los relatos infantiles y darse cuenta que ser soltera en una sociedad capitalista, se relaciona con independencia, proyectos, dinero y revisar retos frente a la cuestión monetaria. Imprescindible tener un empleo para contar con ingresos mensuales propios; aprender a comprar de forma mĆ”s eficaz; ahorrar, hacer planes de retiro y prospectar tu futuro vĆa fondos de inversión con una estrategia de largo plazo. AsĆ como reconocer que los pagos de las tarjetas de crĆ©dito, de ese auto o departamento que te quieres comprar, no habrĆ” varita mĆ”gica, ni alguien de la realeza o la herencia de algĆŗn pariente lejano que venga a pagarlos. Sólo tĆŗ estĆ”s aquĆ para pagar y planear cómo hacerlo.
Entonces, Ā”bienvenida a la realidad! Entre mĆ”s rĆ”pido te organices, menos deudas e intereses habrĆ” de por medio. AsĆ, mientras llega ese personaje gallardo, habrĆ” que trabajar para sugerirle cómo organizar el reino. Y si no llega⦠pues da lo mismo, tienes tantos desafĆos por cumplir. AsĆ que treintaƱera, soltera y feliz, podrĆ”s decir a voz en cuello āno, no tengo novio, todavĆa no se presenta el elegidoā y mientras puedes viajar por el mundo, realizar tus anhelos y āvivir feliz para siempreā, como dice el nuevo relato que estĆ”s construyendo.
Referencias bibliogrƔficas:
(*) Rosario Castellanos (2004). PoesĆa no eres tĆŗ: Obra poĆ©tica 1948-1971. 4ĀŖ. Edición. Fondo de Cultura Económica. MĆ©xico.